Frente al desafío de formar profesionales para el siglo XXI, la PUCV toma la decisión institucional, recogida en el Plan de Desarrollo Estratégico 2017-2022, de actualizar el Modelo Educativo con el objetivo de adecuar la formación de personas a las demandas de la sociedad actual.
En el proceso, se creó una comisión de estudio, se revisaron experiencias nacionales e internacionales y se analizó la experiencia institucional previa. También se abordaron las sugerencias de Pensemos PUCV y se consideraron los planteamientos surgidos de los procesos de autoevaluación de los programas de pre y postgrado, generando un proceso amplio de participación con profesores, funcionarios, estudiantes y empleadores.
El Modelo Educativo, constituido por un conjunto ordenado de conceptos, premisas y decisiones que orientan la formación de personas, se construye sobre la base de la identidad institucional: Universidad Católica, Universidad de Excelencia y Universidad con Vocación Pública.
El Modelo se distingue por procurar la articulación progresiva entre pregrado, postgrado y formación continua, además de avanzar en los próximos años en la flexibilidad entre programas, la innovación y la interdisciplinariedad.
El Modelo Educativo está estructurado a partir de tres ideas matrices, permanentes en la historia de la Universidad, y cuatro pilares conceptuales, que guían todo el quehacer universitario. Estos últimos son: formación integral, formación de excelencia, formación a lo largo de la vida y formación que aspira a lograr una vinculación permanente con el medio. Sobre estos cuatro pilares esenciales está anclada la formación de personas en la PUCV.
A través de este nuevo Modelo Educativo, la PUCV se hace cargo del contexto nacional e internacional de la Educación Superior. Asume que el mundo de la cultura, de las artes, el trabajo, la producción científica y la formación de personas es dinámico y cambiante, con crecientes exigencias de aseguramiento de la calidad. Y se compromete con el desarrollo de habilidades transversales, esenciales para el desempeño profesional actual, las que se van alcanzando en los procesos formativos de pre y postgrado.
En síntesis, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, una vez más, reflexionando sobre su quehacer, se proyecta hacia el futuro. Con sus más de 92 años de vida institucional, tiene un nuevo Modelo Educativo construido desde su historia y con el aporte de todos sus integrantes, que la proyecta camino al centenario.