Tiene 29 años y es Ingeniero Civil Químico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Gracias a su larga experiencia y su legado en la región, Pablo Santander fue escogido por el diario El Mercurio de Valparaíso y Fundación P!ensa como uno de los 33 jóvenes líderes del año 2015, convocatoria que buscaba agentes de cambio locales como fomento al desarrollo en diversas dinámicas sociales.
Su reconocimiento es fruto de largos años de trabajo duro y convicciones claras. Tras ejercer funciones en horario de oficina en una empresa sureña, Pablo descubrió que lo suyo era la relación con las comunidades, la responsabilidad social y el cuidado del medio ambiente. De esta manera, decidió renunciar para comenzar un emprendimiento. "Siempre rescato la experiencia de trabajar ahí y lo que pude aprender de mis compañeros. Sin embargo, sentía que aún me quedaba mucho por entregar en temas medioambientales", comenta.
Así comenzó su camino como independiente. De regreso a su ciudad, Villa Alemana, y con el apoyo de un colegio local, gestionó una granja educativa abierta para todo público, contando con "gran recepción por parte de la comunidad", explica. A partir de ahí, su red de contacto aumentó, logrando mantener lazos importantes con autoridades regionales.
Con esta experiencia previa, en 2015 creó, junto a su socio Cristian Muñoz, NeaPhysis (Nueva Naturaleza en griego), grupo de empresas preocupadas por ayudar a todo tipo de organizaciones a incluir el Desarrollo Sustentable en sus actividades, fomentando e impulsando el manejo de los recursos naturales de forma sostenible. Los servicios de NeaPhysis son tres: consultoría, con el objetivo de apoyar la postulación y el desarrollo de proyectos que fomenten el cuidado del medio ambiente; Agroinnova, que ofrece un programa integrado de gestión para el ahorro a través de sistemas de riego eficientes; y Recycle, dedicada exclusivamente al reciclaje industrial.
Para Pablo Santander, ser considerado un joven líder regional "es una responsabilidad, porque lo que buscamos todos los escogidos por Fundación P!ensa es dejar un legado. Nos organizamos, participamos en mesas de trabajo y queremos compartir nuestra experiencia con escolares y universitarios para motivarlos a emprender. Si sus lugares de estudio no lo fomentan, queremos incentivarlos a través de nuestros testimonios. Este nivel de importancia le doy a esta red que se generó", explica.
Sin embargo, no sólo atribuye su reconocimiento a su faceta emprendedora, sino también a su educación universitaria. "La carrera de Ingeniería Civil Química en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso es muy exigente, lo que me enseñó a ser disciplinado, riguroso, perseverante y esforzado. Valoro también su rol social, ya que gracias a todo esto he podido desarrollarme como profesional", finaliza.