Los resultado de las últimas elecciones dejó en evidencia que en la agenda pública hay espacio para una mayor diversidad de voces. Actores sociales vinculados al territorio son ahora protagonistas de las discusiones a nivel local y nacional. Entre ellos también hay periodistas, que desde su trabajo en comunicación han aportado a develar los problemas que afectan al país.
En este sentido, el periodismo local puede tener un rol fundamental para fortalecer a las comunas de la región y cubrir los lugares a los que no llegan los medios nacionales. Por eso, no es sorpresa que dos ex alumnos de nuestra Escuela, que se han caracterizado por su vocación social y trabajo comunitario, sean electos para ocupar cargos políticos en sus respectivas ciudades.
Nos referimos al periodista Francisco Riquelme (RD), quien es el nuevo alcalde de Casablanca, y a Regina Brito (RN), ex alumna que obtuvo la primera mayoría para ser concejala de Quillota. Aunque ninguno ha ocupado cargos políticos en el pasado, la labor periodística ha sido trascendental para vincularse con el territorio y adquirir experiencia en la articulación de las comunidades.
La ex alumna Regina Brito se tituló de nuestras aulas el 2003. Desde entonces se dedica al periodismo local, siempre con el deseo de aportar a la comuna de Quillota con los temas que le interesan. Y, por su parte, Francisco Riquelme ha aportado desde el periodismo local a la comuna que lo vio crecer, fundando el primer diario digital de la ciudad: Casablanca Hoy.
R: Me llamaron desde varios partidos distintos, cuando yo trabajaba en una radio comunitaria en una localidad rural de Quillota. Desde allí, donde hacía un programa semanal en vivo, de manera voluntaria no remunerada, impulsé varios proyectos sociales, algunos de corte solidario y otros relacionados con agricultura sustentable y con el fortalecimiento de la mujer. Imagino que ahí el mundo político percibió algún potencial, aunque yo ya tenía visibilidad a nivel comunal por animar eventos. Respondí que no todas las veces, porque los periodistas intentamos resguardar aquello que llamamos “objetividad”, pero cuando me contactaron de RN, con cuyas personas tenía más cercanía, acepté aventurarme con una candidatura, motivada por utilizar las plataformas de campaña en los temas que me interesaba instalar a nivel comunal: mujer, sustentabilidad, discapacidad.
F: El estallido social fue el gatillante definitivo. Siempre tuve interés, pero en ese momento de crisis de la política institucional, constatamos que en nuestra comuna, Casablanca, no existían liderazgos y programas capaces de traducir comunalmente la fuerza de cambio y el nuevo ciclo social y cultural que partía. En ese momento iniciamos un trabajo colectivo de bases ciudadanas que desembocó en mi candidatura y elección.
Desde tu perspectiva, ¿qué rol tiene el periodismo en la articulación de los problemas territoriales?
F: Parte de la crisis institucional golpea con profundidad los medios tradicionales o convencionales. Esto significó una revalorización de la comunicación comunitaria o del periodismo comunitario, pero con un alto componente digital. También tiene que ver mucho con la descentralización del poder y de una mayor conciencia de la libertad de expresión.
¿Qué ha aportado tu formación en comunicación y periodismo al trabajo político que realizas?
R: Además de la posibilidad de establecer vínculos y unir un mundo con otro, teniendo siempre información a la mano, la comunicación con la comunidad ha sido muy importante, pues existe mucha desinformación en general y los vecinos no siempre saben dónde acudir. Informar y orientar, sin duda es algo que se facilita desde el periodismo.
F: Agradezco mucho la capacidad analítica y de observación del entorno, para disponer de un buen diagnóstico de los escenarios políticos. Luego, la capacidad de entender las audiencias para plantear un discurso correcto.
Fuente: Escuela de Periodismo PUCV