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Testimonio - Romina Herrera

 

Estudiante de Pedagogía en Castellano y Comunicación
Ex alumna Colegio Isaura Dinator de Guzman, Santiago

"Después de pensarlo mucho tiempo, opté por estudiar pedagogía porque la sala de clases es un espacio en disputa, es una oportunidad para intentar cambiar el orden de las cosas, para intentar hacer del mundo un lugar algo más justo. El problema era que no sabía bien en qué disciplina, por eso, en un inicio, decidí estudiar Inglés, pero nunca me gustó, así que cuando tuve el valor, me cambié a Castellano y Comunicación y, por lejos, fue la mejor decisión. Es un área que te permite abordar muchas temáticas, fomenta el pensamiento crítico y abre espacio al diálogo y a la reflexión.

La primera vez quedé seleccionada acá, pero cuando me cambié de carrera, la PUCV fue mi primera opción porque no me veía estudiando en otro lugar. Quería seguir estudiando en el Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje, me gusta su nivel de exigencia, la prolijidad de las y los profesores, sabía que iba a aprender mucho y, en verdad, no me arrepiento porque no es solo que haya aprendido algo nuevo, sino que hay profesoras y hay profesores que aman su trabajo y te despiertan las ganas de aprender, te motivan a ir a clases. Hay clases que no quieres perderte, hay profes que te hacen sentir bien, que te valoran como estudiante y eso siempre se agradece. Finalmente y sumado a todo esto, la ubicación de la universidad también pesa mucho, está en Valparaíso que es una razón en sí misma, si cuando llegas vivir acá, después ya no te quieres ir.

Escogí España como opción porque mucha de la bibliografía que revisamos a lo largo de la carrera, en todas las áreas, proviene de allá. Especialmente, la relacionada con temáticas de la producción escrita, un área que me interesa mucho. Postulé junto a dos compañeras más y las tres quedamos seleccionadas en la Universidad de Burgos, al norte de España. Ahí, venía la segunda parte del proceso que era, más bien, empezar a darle forma y pudimos seguir adelante porque la PUCV nos becó. Irse de intercambio implica un costo y sin la beca no hubiéramos podido realizar la pasantía. La experiencia, en sí, es un universo aparte, es subirte sola a un avión y cruzar el mundo. Es enfrentarte a tus miedos y a ti misma y ver lo que eres capaz de hacer. Es conocer otras realidades, otras formas de vidas, es aprender a ser más independiente y autónoma de lo que ya eres, es hacerte más segura de ti. El aprendizaje va más allá de lo que aprendes o no dentro de una sala de clases, de las situaciones más simples o cotidianas e, incluso, de las más terribles aprendes algo. Yo, por ejemplo, aprendí que no puedo vivir sin la marraqueta/pan batido con palta".