Abogado y director de la Escuela de Derecho, se convirtió en el primer rector laico a cargo de una universidad católica a nivel mundial. Durante su mandato se ofreció un programa innovador como fue el Doctorado para las escuelas de Derecho de todo Chile que, en combinación con la Universidad de Estrasburgo, se puso en marcha además con la Universidad de Concepción.
Durante su Rectorado se creó el Departamento de Promoción de Docentes y Becas, que tenía a su cargo la orientación, preparación o especialización de los docentes e investigadores, y el control y distribución de becas al extranjero. Dio inicio a un importante proceso de especialización y perfeccionamiento de los académicos.
Se creó el Instituto de Ciencias Sociales y Desarrollo. Durante su gestión, destacó el mejoramiento de la organización administrativa acorde con el volumen de actividades alcanzado y la expansión física con la incorporación de nuevos edificios, sedes e instalaciones.
La planta de profesores completa pasó a 155, lo que hizo posible una mayor producción científica y la consolidación de la universidad como importante centro formativo. Se adquirió el barco Tiberíades, fundamental para la formación de estudiantes de Pesquería y Alimentos. Asimismo, en 1965 se compró el bus de la Escuela de Agronomía.