Innervycs se constituyó legalmente en el año 2012, pero los primeros proyectos como grupo de trabajo empezaron a surgir a partir del 2010. Hace un poco más de un año establecieron su lugar de trabajo en una linda casa de la calle Higuera del Cerro Alegre, en Valparaíso. “Estar ubicados en Valparaíso tiene que ver con un sentido de pertenencia que va más allá del hecho de haber estudiado en la PUCV, yo personalmente crecí en Valparaíso. Pero también, cuando empezamos a levantar este proyecto tomamos en consideración el entorno y la historia de la ciudad que está muy ligada al emprendimiento, a la tecnología, a la ciencia y a la innovación”, comenta Ian Hughes.
Estos jóvenes profesionales sintieron la necesidad de impulsar en la ciudad proyectos que trascendieran la barrera de la región y del país, para devolverle a Valparaíso ese carácter tecnológico que tuvo en el pasado. Destacan que existen muchas cosas que están en el inconsciente colectivo y que fueron de suma importancia para el surgimiento del puerto: “Valparaíso tuvo el primer computador de Chile, el primer diario de habla hispana del mundo, la aduana y el puerto más importante del siglo XIX, el submarino Flach. Las primeras embarcaciones a vapor que cruzaron el Pacífico fueron desarrolladas por William Wheelwright en Valparaíso, la conectividad que tenía en su tiempo la ciudad con el puerto de San Francisco, y la primera transmisión de televisión se realizó en la Universidad Católica de Valparaíso. Hay un montón de hitos relacionados con el puerto que son relevantes para la historia nacional y mundial”, indica Efraín Reyes.
Innervycs es una empresa de Investigación y Desarrollo centrada en la generación de productos tecnológicos no disponibles en el mercado -o bien, si existen, con un alto costo- y que tienen un horizonte comercial. “Lo que hacemos es identificar problemas en una empresa para someterlos a un proceso de I+D, y así generar un resultado útil para ella y escalable y comercializable para nosotros.”, explica Ian Hughes.
Cabe destacar que estos profesionales, que empezaron a desarrollar proyectos durante sus primeros años de universidad, tienen una opinión muy clara respecto a la relación entre academia e industria. “Las universidades chilenas sólo se desarrollan con el conocimiento básico. En Chile hace falta un punto de transición, una conversación continua entre universidades y los requerimientos de las empresas. En Estados Unidos esta conversación es fluida, los grandes proyectos se desarrollan gracias a los requerimientos de la industria”, señala Efraín Reyes.
Sin embargo, cree que son responsabilidades compartidas. “La industria no ha entendido el valor que tiene la universidad en cuanto a los conocimientos que en ella se generan, como la universidad tampoco ha sido capaz de trascender su conocimiento hacia la industria, entonces ésta se ha dedicado a tomar representaciones extranjeras, vender productos, realizar distribución y ofrecer soporte. Las empresas no están generando productos locales que respondan a necesidades locales. Por su parte, las universidades están sólo formando profesionales para responder a esos requerimientos de las empresas”.
En función de lo anterior, estos jóvenes destacan la necesidad de hacer sincronía entre esos dos engranajes tan distantes e importantes a la vez. Por lo tanto, ellos creen que se requiere de un punto de conexión entre ambos. Por esa razón, dicen estar muy comprometidos con este gran proyecto que es Innervycs.
Proyectos de la empresa
Cabe señalar que Innervycs ha desarrollado varios proyectos en el área civil, pero algo que la ha caracterizado dentro del mundo de la innovación y la pequeña empresa es su trabajo en el ámbito de la defensa, pues su principal financista es el Departamento de Defensa de Estados Unidos, con quien ha impulsado ya varios proyectos. Uno de ellos fue financiado por la Oficina de Investigación Naval en cooperación con la Universidad de Chile, el cual involucra la construcción de un cuadricóptero controlado por un sistema de comando por voz.
También el Ejército de Estados Unidos financió un proyecto relacionado con el camuflaje, basado en el desarrollo de un software que simula una función del ojo humano que recibe distintos patrones de camuflaje del entorno, hace una evaluación y entrega un determinado resultado, el que se traduce en un patrón a utilizar por la institución.
Sin embargo, estos proyectos no fueron suficientes y este grupo de profesionales asumió un nuevo desafío: hacer Robótica en la Antártica. Fue así como estos jóvenes realizaron el nexo entre el Ejército de Estados Unidos y el Ejército de Chile para la implementación de una moto robot autónoma que se adelantara a los convoy que circulan por el lugar, y así verificar los riesgos, encontrar rutas alternativas y evitar accidentes en las grietas subterráneas invisibles que existen en la Antártica. Este proyecto se va a realizar con la asesoría de la Academia Politécnica Militar de Chile (ACAPOMIL).
Otro de los proyectos para la defensa de Estados Unidos y que está en fase de levantamiento de fondo, comprende un sistema de visión aumentada para vehículos blindados con escasa visibilidad por el tamaño, esto con el objetivo de evitar accidentes. El proyecto consiste en un sistema de cámara con un computador incorporado que capta imágenes y luego las procesa.
Durante el incendio del año 2014 que azotó a la ciudad de Valparaíso, Innervycs trabajó en conjunto con la ONEMI, a través de la integración de una aplicación desarrollada por la empresa hawaiana Oceanit para la evaluación de daños post desastre. “Logramos integrar esta aplicación con el sistema de información de emergencias de la Onemi, a través de la implementación de formularios que se completaban a través de los teléfonos inteligentes, con datos, imágenes, videos, lo que permitía dejar todo georreferenciado. Esto se sincronizaba de inmediato con el servidor de la central de la Onemi, que podía visualizar la cuantificación de los daños. Esta información generaba un mapa de desastre para la gestión y toma de decisiones”, explican los ingenieros.
Además la empresa, en conjunto con el Departamento de Neurociencias de la Universidad de Valparaíso, se encuentra ejecutando un proyecto para replicar la dinámica visual de un roedor en un espacio determinado. Para esto Innervycs desarrolló un robot con una cámara integrada para simular un ratón en movimiento y capturar una secuencia de video. Actualmente están implementando una segunda versión optimizada del robot, con un sistema de estabilización de cámara y un sistema de amortiguación, para evitar movimientos y ruidos que interfieran en la imagen. Luego de esto se realizará una correlación de datos que sirve para entender cómo funciona el ojo humano y como procesa y transforma la información la retina.
Recientemente, la empresa firmó un convenio con Fantasilandia, el cual consiste en el desarrollo de una solución que implica la instalación de módulos de procesamiento de imágenes dentro del parque , los cuales van a permitir realizar una cuantificación de las dinámicas del flujo de personas y sus movimientos dentro del recinto. Eso va a ayudar a levantar información sobre el estado del parque en virtud de la gente que se está desplazando dentro de él. Este proyecto representa un beneficio tanto para el cliente como para la empresa. El cliente dispondrá de información para distribuir mejor su tiempo en el lugar y, por ende, pasarlo mejor y, por el otro lado, el gerente de operaciones dispondrá de otro tipo de información para maximizar sus recursos y tomar mejores decisiones, en pos de mejorar la operatividad del parque.
Innervycs también incursionó en el ámbito de las artes con las instalación de un péndulo (robot) en el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago, el cual escribía en la arena tweets elegidos aleatoriamente desde un computador.
Vínculo con la EIE
En Innervycs están conscientes de la importancia del compromiso con la PUCV y es por esta razón que constantemente incorporan a su staff a alumnos en práctica de la Escuela de Ingeniería Eléctrica. Incluso señalan que les gustaría, a futuro, contar también con alumnos tesistas.
Actualmente son ocho los profesionales que integran la empresa, cuatro de ellos ex alumnos de la Escuela de Ingeniería Eléctrica de la PUCV, más dos estudiantes en práctica también de la EIE.