13.08.2019
Medio siglo tuvo que esperar el vóleibol masculino para decir presente en los Juegos Panamericanos y tras una larga espera logró, contra todo pronóstico, posicionarse entre los cuatro primeros del continente.
Entre los distintos factores que explican este gran avance, se encuentra la consolidación de un proceso de trabajo que lleva más de diez años liderado por el director técnico Daniel Nejamkin, y el trabajo minucioso del "scoutman" del equipo José Tomás Lagos.
Este joven de 30 años, egresado de la carrera de Estadística de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, se encarga de observar, identificar y registrar todos los movimientos que realiza el equipo chileno y los diferentes rivales que el seleccionado enfrenta. Gracias al trabajo de Lagos, el equipo puede definir y orientar la estrategia de juego según el oponente de turno.
"La gracia de mi trabajo es que el partido yo lo juego antes de entrar a la cancha, un partido aparte, y voy corroborando lo que se hace en la cancha con el planteamiento que hicimos según los datos de análisis del rival. Durante el partido se tiene que comprobar si se está cumpliendo el objetivo o tenemos que modificar. Cuando termina el partido, yo sigo analizando lo que hicimos, con los números y videos. Tengo permanente comunicación con Daniel. Por eso estoy sentado en la banca. Si no estoy ahí, estamos con el intercomunicador", explicó el estadístico al medio digital Qué Pasa.
El aporte de José Tomás se evidenció claramente en los trabajados triunfos ante Estados Unidos y México y en la infartante semifinal ante Argentina, país que finalmente se quedaría con la medalla de oro.
Revisa la nota completa a José Tomás Lagos publicada por Qué Pasa.