Confiesa que desde muy pequeño escribe cuentos y que su vida siempre estuvo ligada a la literatura, pero que esto se reafirmó una vez que entró a la Universidad. “Con los ramos propios de la carrera y los generales pude conocer la vida de poetas y la obra de distintos autores. Ahí me fui reconociendo a mí mismo y entendí la etapa en la que estaba”, comenta Alejandro.
Su abuela paterna también tuvo mucho que ver en este proceso, pues era recitadora y trabajó en teatro en su juventud. “A través de ella tuve acceso a escuchar poesía universal y a conocer algunos autores relevantes. Típico que a uno le pedían en el colegio recitar en los actos, entonces ella me preparaba y me transmitió sus técnicas vocales y todo eso. Ese fue mi primer acercamiento a la literatura y la poesía, para más adelante comenzar a desarrollar mi narrativa”, afirma el poeta.
Ingresó a la PUCV en 1995 y en 1998 publicó su primer libro “Felice”, con tan solo 22 años. A este último le siguieron: “Ocurro” (2000), “Poemas para separarse” (2003) y “Bajo Mar” (2006).
En 1997, cuando estaba en tercer año de Universidad, decidió congelar sus estudios para irse a conocer el mundo, travesía que lo llevó a realizar teatro en Nueva York, particularmente en Manhattan por algunos meses, para luego trasladarse a Londres, Copenhague y Oslo. “En un viaje de tal magnitud, uno no solo conoce mucha gente, sino que conocer ciudades y tener experiencias, de alguna forma es lo que también nutre mi obra”, afirma el escritor.
Actualmente, Alejandro es profesor de castellano y de literatura en el CIEE (Programa Internacional de Intercambio) y, además, cursa estudios de doctorado en Literatura Hispanoamericana Contemporánea en la Universidad de Playa Ancha. A esto último se suma su trabajo continuo con la comunidad de Valparaíso y su participación en la agrupación musical Fusión Ocurro, llamada así por su segundo libro publicado en el 2000.
SU RELACIÓN CON EL PUERTO
Nacido y criado en la V Región, Alejandro se especializó en Cine, Historia y Literatura de Valparaíso, lo que profundizó aún más su relación con el Puerto. Por lo mismo, realiza clases de literatura sobre Valparaíso a alumnos extranjeros en el CIEE . “En Valparaíso hay mucho texto, un caudal enorme que tiene mucha tradición. Hay un capital simbólico muy denso, por tanto, son muchas las historias, los cuentos, los poemas, las canciones, y todo ese material es parte de mi trabajo, que viene a ser también la investigación y poder transmitir lo mejor de nuestra cultura no solo a los estudiantes de intercambio, sino que a toda la comunidad”, afirma el profesor.
A lo largo de su carrera, también trabajó con diferentes organizaciones sociales de Valparaíso, entre ellas el Centro Penitenciario de Mujeres, y participó en la creación del Centro Cultural Los Lecheros. “La idea es proyectar lo que hacemos en la academia y sacarlo de las aulas, sacarlo de un espacio más de elite y poder llevarlo a la comunidad. La idea de estar presentes en las cárceles es poder entregar también una libertad, quizás no material, pero sí una que se puede obtener a través del libro y también de que sean conscientes de que la cultura, la educación y aprender está en sus propias manos”, explica Banda.
SU PASO POR LA PUCV
“Creo que la Universidad fue una de las etapas más plenas de mi vida o de mi proceso educativo y de carrera, ya que no solo soy profesor. Creo que, como persona, la universidad me hizo bien no solo para entender lo que estaba pasando en el mundo y en Chile, sino que también para sentirme parte del proceso, sentirme parte de la educación y de la cultura. Acá se conoce mucha gente y ese intercambio con compañeros de otras carreras y de otras realidades te va potenciando y desarrollando”. En su paso por la PUCV, Alejandro fue el mejor titulado de su promoción, conoció a la madre de su hijo y actual pareja y también a grandes amigos que aún perduran.
LA TRILOGÍA: “MOSCAS, JIBIAS Y HUMANOS”
“Moscas”, la primera pieza de una trilogía neopolicial, fue lanzada a fines de 2017 en el Parque Cultural de Valparaíso y también se presentó en la Feria Primavera del Libro en Santiago, donde tuvo muy buena acogida.
“La trilogía está prácticamente completa. ‘Jibias’ está lista y ahora estoy viendo unos detalles del último que se llama ‘Humanos’. La idea original es que salga un libro cada año. Este primer libro en particular, toca y menciona títulos de otros libros y de autores chilenos contemporáneos y en él vamos a encontrar también mucho de la ruina o la decadencia que se vive en los cerros de Valparaíso”, afirma el escritor.
Al éxito de la publicación de “Moscas”, se suma el premio que recibió por ser el ganador del concurso “Valparaíso en 100 palabras” por su microcuento “El reloj de mi padre”.
“Este cuento hace un repaso por la historia de Valparaíso a través de los siglos. Un Valparaíso que, para nosotros, como creadores, puede ser inspirador; profundo y maravilloso, pero que también es un puerto cuya historia ha sido dura, donde han llegado barcos con pestes y enfermedades, donde se dieron las primeras revueltas y protestas. Mi relato busca dar cuenta de lo bueno y lo malo. De los contrastes propios de la ciudad”, explica el autor.
"Miro por última vez el reloj antiagua que heredé de mi padre. En él aparece su foto de grumete, su gorro de algodón blanco a la medida, sonríe mostrando dientes imperfectos como la proa de este submarino, el minutero es el ancla que sube y vuelve en péndulo, solo las horas se mantienen intactas: hay peces, rocas, burbujas cómplices, noches de tortura, arribos de refugiados, pestes mal recibidas, mitos que se volvieron leyendas, incomunicaciones y contrastes que se repiten. La marea sube, el Cristo de La Matriz es sacado a la calle. Nosotros seguiremos sumergidos en el silencio"
Alejandro Banda, 41 años, Viña del Mar.
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