Jorge Bermúdez Soto (48), porteño de nacimiento, y Contralor General de la República hasta 2023, rememora su paso por la PUCV con afecto y nostalgia. Allí pasó muchos años, primero estudiando derecho y luego compartiendo sus conocimientos con sucesivas generaciones de alumnos de pregrado y postgrado, en Derecho Administrativo y Ambiental. También fue Secretario Académico de la Escuela de Derecho, Coordinador General de Postgrados e Investigación, y Consejero del Centro de Derecho del Mar de la Facultad. En 2015, el Ranking Internacional Best Lawyers lo eligió como el mejor abogado a nivel nacional en Derecho Administrativo, y ese mismo año asumió el cargo que desempeña actualmente.
"Ingresé a estudiar en1987 y la PUCV era uno de los escasos sitios donde había algo de libertad y tranquilidad. Esa fue una primera razón, a la que se sumó el perfil de la Universidad, muy exigente en lo académico, lo que significó una prueba a esa edad. Había que estudiar mucho para aprobar los ramos y avanzar. Ese aprendizaje me permitió después asumir desafíos académicos importantes en otras universidades y en la vida, en general. Se suma otro factor: era una universidad regional, de Valparaíso, donde nací y aún vivo junto a mi familia", cuenta.
Para Bermúdez, la Escuela de Derecho PUCV lo marcó en "la rigurosidad del estudio, acompañada de la reflexión de las materias a abordar, (que) fueron aspectos fundamentales en mi formación profesional, que me acompañan hasta hoy. Tuve profesores que marcaron mi desarrollo. Puedo mencionar a José Antonio Galván, quien fue mi profesor por cinco años y me enseñó mucho más que Derecho Civil, a él debo haber aprendido la metodología del Derecho; Nelson Reyes, a quien agradezco haberme ayudado a tomar buenas decisiones tanto profesionales como personales; y a Alejandro Guzmán, que me abrió las puertas de la Escuela de Derecho para integrarme como profesor. Todos son maestros y les guardo una infinita gratitud".
Como Contralor, afirma que la formación como hombre de leyes le permite aplicar "el trabajo bien hecho, apuntando a la excelencia; en el sentido de equipo, que potencia la sinergia de sus integrantes; y en valores como la austeridad, la probidad y la coherencia entre el mundo público y privado. Esto último implica trabajar a diario para aplicar estos principios. Es fundamental, igualmente, el espíritu crítico, para observar con serenidad las situaciones y tomar las mejores decisiones".
¿Anécdotas de la época de estudiante? "Aún recuerdo muchas (...) Tal vez uno de los períodos que más marcan es mientras se estudia para el examen de grado. Recuerdo que hubo un momento en que estaba tan concentrado en el estudio, que un día me desperté, me duché e iba saliendo de la casa para juntarme con el actual profesor de derecho civil, Álvaro Vidal – con quien estudiaba-, cuando mi hermano me hizo ver, con no muy buen tono, que era la una de la mañana y que si acaso estaba loco. Obviamente estaba totalmente confundido con las horas".