Julio de 2019
¿Por qué decidiste estudiar Ingeniería Civil en Metalurgia Extractiva en la PUCV?:
Por varios motivos, entre ellos porque me parece que la Escuela de Ingeniería Química está bien conectada con la industria. En esos años además, la carrera de Ingeniería Civil en Metalurgia Extractiva estaba entregando los primeros profesionales al mercado y se estaban generando acuerdos con grandes compañías mineras. Esto parecía bastante atractivo: pocos egresados y gran demanda laboral.
¿Cómo evalúas la formación de los alumnos de la EIQ?
En comparación a otras universidades chilenas, bastante buena. No muchos estudiantes y, ahora último, posee nuevas instalaciones con laboratorios y tecnología de primera. La malla curricular concentra la mayoría de los campos que la industria requiere, con muchas oportunidades de acercamiento a ella mediante prácticas profesionales, tesis y estudios adicionales. Esto es vital durante los últimos años de la formación profesional, ya que le permite al estudiante dar forma a la línea de desarrollo de su preferencia. Ahora bien, siempre hay espacio para crecer y hacerlo mejor, y en este sentido, la Universidad no se encuentra exenta. La eliminación y/o sustitución de las algunas materias da espacio para aprendizaje más focalizado y en menos tiempo. Es algo que se ha estado haciendo en los últimos años con la re-estructuración de la malla curricular, lo cual me parece súper valioso de mencionar.
¿La carrera cumplió tus expectativas?
Esta es una pregunta compleja de responder. Las expectativas cambian con el tiempo, en la medida que crecemos y experimentamos nuevas situaciones. En ese entonces, cuando recién me estaba graduando, cumplió con todas mis expectativas, las cuales eran convertirme en una profesional de excelencia para la industria. Hoy en día, tras haber transitado por otras líneas de desarrollo, me vuelvo a preguntar lo mismo y me parece que con la información y vivencia que tengo ahora, tal vez el perfil de la PUCV no habría sido tan adecuado para lo que ahora espero lograr. Esto no se lo atribuyo sólo a la PUCV, sino que a Chile. El desarrollo en materia de investigación no está dentro de las prioridades país. Lamentable, pero es una realidad.
¿Algo que recuerdes con especial cariño de tu paso por la EIQ?
¡Sí!, los laboratorios y experiencias prácticas. Las largas horas haciendo muestreo y análisis permitieron afianzar lazos de confianza con algunos de mis compañeros, los cuales ahora llamo amigos. Sin mencionar los paseos para el aniversario de la carrera. Esto era súper entretenido, pues era una oportunidad de compartir con estudiantes que estaban a punto de egresar, con muchos consejos e ideas para desarrollar en un ambiente más distendido y ameno.
¿Qué te motivó a realizar estudios de doctorado en Alemania?
Alemania tiene algo súper atractivo que muy poca gente lo sabe, y no es sólo la cerveza (ríe); es la oportunidad de hacer investigación de primer nivel académico/industrial en entornos más rurales y cercanos a la naturaleza; pueblitos y villas. Al ser un país desarrollado, el progreso no está centralizado en la capital, sino que está distribuido a lo largo de todo el país, con más de miles de centros de investigación full equipados y con profesionales de todas partes del mundo en ciudades realmente pequeñas. Otro punto a favor, es que en Alemania los PhD/Dr. son considerados empleos, por lo tanto, son remunerados. Esto también involucra el pago de impuestos e ingreso al sistema de pensiones y salud alemana, sin generar lagunas previsionales como lo haces con becas de estudio regulares. Lo único complejo es el tiempo, porque tienes que administrar un proyecto (en general de la Unión Europea) y, al mismo tiempo, aprender a hacer investigación, llevar a cabo experimentos, dar clases, tomar ramos, publicar y estudiar el idioma.
¿Cuál ha sido el principal desafío que has debido afrontar como estudiante extranjera?
A la fecha, he sido estudiante extranjera en dos países, Australia y ahora en Alemania; y en ambos casos el idioma ha sido el principal desafío. Afortunadamente, el inglés no fue tan difícil de lograr, pero el Alemán sí. Sin mencionar el tema de la confianza, al ser una cultura más cerrada cuesta bastante entrar en contacto con la comunidad académica y aún más en un círculo de confianza. En Alemania se ven un poco subestimadas las competencias profesionales, pero esto también forma parte de la cultura, en todo aspecto.
Similitudes y diferencias entre el sistema educacional universitario en Chile y Alemania.
¡Todo es distinto! Aquí es bien competitivo. Los niños desde pequeños, en tercer año de educación básica, son evaluados y posteriormente enviados a tres sistema educativos distintos. Uno, para los más capaces, otro para los medianamente capaces, y otro para los no tan aptos para convertirse en profesionales. Esto al principio fue súper impactante y aún difícil de entender, pero lo notas en las universidades, ¡todos son genios! (ríe). La mayoría son súper dedicados, buenos estudiantes y altamente competentes. Sobre contenidos, me parece que es similar, un poco menos de volumen de materia y más enfocado. Otro importante punto a destacar aquí, es que es totalmente gratuito. Ahora bien, al ser gratuito no puedes fallar, si lo haces y estudias en la categoría de los más capaces, te bajan de categoría y no puedes volver nunca más a estudiar algo en la misma área y con el mismo nivel de dificultad. Eso es duro.
Como mujer y muy joven ¿ha sido difícil desempeñarte profesionalmente en el mundo laboral?
En la academia e investigación no he sentido presión o diferencia al trato por ser mujer. Alemania no se destaca por ser una cultura machista, son súper pro-mujer. Se nos conceden los mismos derechos y mucho respeto al género, especialmente en lo profesional. En Australia fue lo mismo. En Chile, sin embargo, el trato frente a la diferencia de género es mucho más marcado, sobre todo en la industria minera. No creen que tenemos las mismas capacidades y aportamos de igual manera en un determinado campo laboral. Me acuerdo muy bien de algunos comentarios machistas que recibí de mi equipo de trabajo cuando trabajaba en minería en Chile. Yo desempeñaba un rol a cargo de una planta de procesos y al comienzo hubo rechazo, porque no me validaban por ser mujer e ingeniera. Afortunadamente, esto cambio luego de un tiempo, pero me imagino que muchas mujeres han pasado por lo mismo o están aún lidiando con esto.
¿Crees que últimamente ha cambiado la valoración que se tiene de la mujer en distintos ámbitos de su vida, principalmente en el familiar y profesional? ¿Sientes que a las mujeres se nos respeta más o aún falta un cambio más profundo y transversal?
Estoy segura de que antes era aún más compleja esta situación. Antiguamente, el rol de la mujer era convertirse en madre y esposa, y jamás pensar en estudiar en la universidad. Ahora vemos la diferencia. Tal vez no tan rápida como nos gustaría a todos, pero es notorio. En lo laboral, siento que ha habido muchos cambios, dándonos espacio para liderar compañías, centros, incluso países. De hecho, muchas empresas tratan de igualar género en su dotación, creando nuevas oportunidades de trabajo en las cuales se incentiva a las mujeres a participar. Sin duda, se nos valora mucho más. En lo emocional y familiar, me parece que aún hay más brechas por mejorar. Me parece que se nos atribuye total responsabilidad en temas domésticos y de crianza. Esto es reflejo del poco respeto y valoración hacia el género. En sociedades desarrolladas, esto ya no es tema. Todos estos compromisos son compartidos, promoviendo el desarrollo individual, emocional y profesional de ambos integrantes del núcleo familiar.
¿Cómo compatibilizas la vida laboral con la vida familiar?
Trato de mantener esto en categorías separadas, y le tomo importancia a ambas por igual. En mi caso, la vida familiar no es tan compleja de compatibilizar con la laboral, porque hasta ahora sólo tengo pareja y no he formado una familia. Sin embargo, lo que veo de mis compañeros y entorno me hace pensar que es mucho más sencillo aquí en Alemania. En general, el sistema es súper consciente, permite tener guarderías en los lugares de trabajo financiados por el estado, por ejemplo. Los casinos de comida están incluso adaptados para que vayas con tus niños pequeñitos, con menús especiales, sillas y comedores pequeños durante el horario de colación. Los permisos de maternidad es otro ejemplo de esto, considerando 1 año para las madres y 6 meses para el padre. La sociedad valora la vida familiar y profesional por igual, sabiendo que a cierta edad tienes que encontrar un balance para llevar ambas actividades de manera satisfactoria. Lo más positivo es que el sistema social te apoya con esto.
¿Qué les dirías a los futuros egresados de la EIQ, especialmente a las alumnas que deseen realizarse profesionalmente en esta área tradicionalmente reservada para los hombres?
Que se sientan orgullosas de lo que son, mujeres en minería. Que traten de no hacer diferencia de género, lo mejor es siempre mantener un trato cordial y profesional en toda situación hacia todos por igual. Muchas veces se confunde este tema y nos vamos al extremo feminista.
La industria minera en Chile es un poco reflejo de nuestra sociedad latinoamericana, aún machista, pero se observan cambios, y esto es súper valorable. También es cierto que la industria está más reservada para los hombres, pero esta exclusión se explica, en parte también, por la naturaleza de la profesión. Minería del tipo que tenemos en Chile, de alta montaña, para todos es un campo duro y sacrificado, incluyendo turnos y largas horas de viaje en la mayoría de los casos; climas fríos y ambientes contaminados. Esto pareciera no conversar con nuestra concepción femenina, más delicada, más sensible y mucho más conectada con lo emocional y familiar. Hay que tener en cuenta que esto no nos excluye de ejercer esta profesión de manera competente, sólo que se nos hace más difícil en algunos casos la adaptación y la práctica.
Escuela de Ingeniería Química