La poesía es el corazón de la aproximación a la arquitectura para la Universidad Católica de Valparaíso", afirma Sergio Baeriswyl (57), arquitecto de origen magallánico formado en sus aulas. "Su postura está muy arraigada con la poesía y con el arte. Todos los artistas enriquecen la arquitectura; por eso en la Escuela había poetas, pintores, escultores, arquitectos, porque todos ellos formaban parte de la construcción y de la visión sobre la profesión".
Baeriswyl obtuvo en 2014 el Premio Nacional de Urbanismo, el área al que lo condujo finalmente el camino lúdico de la Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV, "con verdaderos maestros de la arquitectura de avanzada, que revolucionaron a toda nuestra generación", esa que pasó por allí entre fines de los 70 y principios de los 80.
Radicado en la Región del Biobío, el arquitecto es también fundador y coordinador del Observatorio Metropolitano del Gran Concepción, que partió en 2011. Como un grupo que reúnea entidades diversas -universitarias, del rubro de la construcción, medios de comunicación, Colegio de Arquitectos, entre ellas-, y que con estudios, mediciones, registro de datos duros, mide "cómo la ciudad mejora, impide o echa a perder derechamente la calidad de vida de las personas".
"En el fondo es medir las políticas públicas, si lo están haciendo bien para la ciudad o no lo están haciendo tan bien", resume Baeriswyl, urbanista doctorado en Alemania.
En este proyecto -"ad honorem, sin fines de lucro", detalla- se siente el legado PUCV. Es la búsqueda de otros ángulos para observar cómo se conforma y ordena el paisaje, y como interactúa con el hombre. Mirar con otros ojos, mirar más allá: "Tuvimos en mi época una experiencia directa trabajando en la Ciudad Abierta (de Ritoque), viviendo esa arquitectura de exploración que al final te transforma en un explorador, lo que es fundamental en el oficio. En la Escuela aprendí a explorar y a innovar, que es lo que puede cambiar elmundo".
Especial 90 años PUCV, Mercurio de Valparaíso.