Mayo 2020
Turnos extensos, escasez de insumos y un sistema público al borde del colapso son algunas de las condiciones que tienen que enfrentar los más de 2000 funcionarios del Hospital de Urgencia de la Asistencia Pública, la ex Posta Central. Aquí es donde Natalia Toro, ex alumna de la Escuela, hoy se desempeña como psicóloga en la Unidad de Salud del Trabajador (UTS), atendiendo al personal clínico que hoy concentra todos sus esfuerzos en controlar la pandemia del COVID-19.
Su departamento, integrado por profesionales de diferentes áreas, se dedica exclusivamente a la atención de funcionarios y funcionarias. Antes del estallido social, Natalia y su compañera Francisca Molina, dividían su jornada de 22 horas en dos módulos: atención psicoterapéutica y apoyo psicológico en un programa de vida saludable multidisciplinario.
Sin embargo, desde de octubre, sobre todo por estar ubicados cerca de la Plaza de la Dignidad, su rol cambió. "A partir de las 17:00 horas llegaban muchos manifestantes heridos. El personal clínico terminaba agotado y angustiado, entonces nuestro foco estuvo en realizar intervención en crisis, especialmente para la gente de la urgencia. En eso estábamos cuando se produjo la pandemia", comenta Natalia.
Desde enero empezaron a preparar a los funcionarios para la posible llegada del coronavirus. En ese momento la capacitación fue más técnica, orientada al manejo de la situación. Cuando la pandemia llegó a Chile, su departamento comenzó a atender de forma remota, pero hoy están retomando la modalidad presencial iniciando intervención en crisis pero con equipos más pequeños y con el foco en técnicas de relajación, manejo de incertidumbre y situaciones complejas.
Aunque Natalia reconoce que la falta de insumos y otras problemáticas logísticas son difíciles de enfrentar, destaca el nivel de compromiso del equipo. "En el caso de esta enfermedad, es muy importante la calidad humana. Hay funcionarios que me cuentan que fueron la única mano que tuvieron los pacientes cuando estaban muriendo o muy graves. Ellos llegan muy conmovidos, a un nivel sumamente humano, conectado con las emociones, la empatía. Y a la vez, tratan de entregar el manejo más óptimo en estas circunstancias"
Además, agrega: "Nos hemos tenido que adaptar, porque las problemáticas cambiaron. Ahora la incertidumbre y el miedo al contagio están súper presentes. Hay gente del servicio que no ve a sus familias desde febrero, porque es mucha la exposición. Es un trabajo muy enriquecedor, me hace sentir que soy un aporte y por suerte surgió esta oportunidad una vez que estaba bien preparada y tenía harto carrete".
Antes de llegar al hospital, su trayectoria profesional ya estaba marcada por el ejercicio clínico de la disciplina: comenzó trabajando durante más de tres años en una zona rural de Maullín; se desempeñó como directora de la primera Casa de Acogida del Hogar de Cristo, un espacio para mujeres víctimas de violencia; y trabajó en la Unidad de Atención a Víctimas y Testigos del Ministerio Público (URAVIT). Tras cursar un Magíster en Psicoterapia Constructivista Cognitiva en la Universidad de Chile y ejercer durante algún tiempo en el sector privado, llegó a trabajar en el sistema público.
COVID-19: un desafío para el ejercicio de la disciplina
Según expertos, la última gran pandemia que vivió nuestro país fue la influenza española en 1918. Hoy la población se enfrenta al coronavirus sin experiencia previa y esto también incluye al personal de la salud, que ha ido aprendiendo sobre la marcha nuevas técnicas y procedimientos que puedan funcionar en los pacientes.
"En nuestro caso creo que es súper importante ir leyendo rápidamente todo lo que va a apareciendo en relación a estudios, lo que se ha escrito en Europa los últimos meses y que permite actualizarnos e ir renovando el conocimiento. Una cosa es que entregue una técnica de relajación que tiene 50 años, pero es distinto que un grupo de investigación me diga que a lo mejor cierta imaginería funciona mejor que otra cosa. Un concepto importante aquí es la adaptación", precisa.
Para los psicólogos y psicólogas, acomodarse al distanciamiento social ha sido todo un desafío. Algunos optaron por suspender las consultas y otros han buscado la forma de continuar con la terapia de forma remota. En el caso de Natalia, como funcionaria del sistema público le ha servido para continuar los tratamientos "En general, ellos lo reciben bastante bien. Yo soy de la idea que si tienes un buen vínculo con los pacientes puedes plantear el escenario terapéutico. Hay algunos que deciden esperar, pero la mayoría se atreve a intentarlo".
Además, la ex alumna de la Escuela de Psicología PUCV también atiende en el sector privado. Más dimensión es el espacio donde, junto a la Ps. Carolina Corvalán, desarrollan un novedoso método que utiliza la tecnología de la realidad virtual como estrategia al servicio de un proceso de terapia para miedos, fobias y control ansioso.
Salud mental en tiempos de pandemia
¿Cómo enfrentarla? ¿Qué pasos seguir para mantener una salud mental óptima en estas condiciones? ¿Cómo adaptarse al teletrabajo? Estas son algunas de las preguntas que durante las últimas semanas han respondido los psicólogos en medios de comunicación, intentando dar respuesta a lo que pasa, sin embargo, Natalia comenta que no hay una única receta para afrontar este nuevo escenario.
"Creo que lo importante es ir entendiendo la situación. Está haciendo falta más educación para comprender qué nos está tocando vivir, como personas, como seres humanos. Después empezar a crear algunas cosas que nos ayuden a movilizarnos, por ejemplo, pensar en el tiempo. Hay muchas personas que están consumiendo más alcohol, entonces hay que entender cómo me afecta la soledad o el tener mucho tiempo extra", señala.
"También hay que mirar las cifras de salud mental previas, porque somos uno de los países con mayores índices de depresión y ansiedad, por eso nos llenamos la existencia para evitar enfrentar ciertas situaciones complejas y en cuarentena no va a ser distinto", agrega.
Formación de calidad
Natalia Toro ingresó a la Escuela en el año 1990, con la que sería la primera generación de psicólogos y psicólogas PUCV. Sobre su paso por la universidad destacó especialmente el nivel de académicos que impartían las asignaturas, cuya experiencia laboral contribuía a conectar los contenidos con el ejercicio profesional. "Para mi gusto el nivel de enseñanza ética y técnica era muy alto. A más de 30 años todavía la agradezco porque me dio pie para seguir avanzando en muchas aristas, me dio la base y con el paso del tiempo la evaluación que hago que es más potente", concluyó.
Escuela de Psicología PUCV