La idea surgió cuando Guillermo, ingeniero mecánico de la PUCV, estaba diseñando una máquina y se le ocurrió que, una vez que ésta estuviese terminada, pudiese monitorearla desde cualquier punto del país. Con el pasar del tiempo, la idea fue tomando forma y María José, ingeniero en construcción, se sumó al proyecto a tiempo completo a fines de 2014.
La innovación tecnológica y el emprendimiento siempre fueron parte de la vida de Guillermo, trabajó en múltiples empresas y proyectos, pero siempre fue su anhelo dedicarse a la creación e investigación tecnológica que le permitiera colaborar de alguna forma con el desarrollo del país. Ahora que sus hijos ya están grandes, María José ya es profesional y José Pablo está estudiando Ingeniería Electrónica, también en la PUCV, pudo cumplir su sueño y, además, en compañía de sus hijos.
REDBRAYN
REDBRAYN es una empresa innovadora de base tecnológica que tiene como fin generar innovación y traspasar a productos comerciales de alta tecnología el conocimiento derivado de la avanzada investigación científica. “Nos basamos en las tecnologías de la información, la inteligencia artificial, la programación gráfica de última generación y la tecno-ingeniería. Nuestra misión es dar solución a los problemas de la industria y contribuir en un desarrollo que pueda beneficiar al país”, manifiesta Guillermo.
En sus inicios, la familia Zubieta contó con el apoyo de Chrysalis, Incubadora de Negocios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, donde se les realizaron mentorías para ir dando forma a la empresa. “La Incubadora nos prestó mucha asesoría, con ellos pudimos visualizar nuestras falencias. Como pertenecemos al área técnica de las ingenierías, nos faltaba el área empresarial, nos ayudaron con la imagen corporativa, la parte legal, el registro de marca y otras cosas que nosotros no manejábamos”, comenta María José.
A fines de 2014 se adjudicaron un proyecto Corfo que les permitió comprar los materiales para crear prototipos y también para hacer las primeras promociones comerciales. Sin embargo, lo que ellos más agradecen es el apoyo de National Instrument, una empresa norteamericana de alcance mundial que ofrece soluciones de tecnologías flexibles y potentes que aceleran la productividad y conducen a la innovación rápida, y que cuenta con clientes de casi todas las industrias, desde salud y automotriz hasta electrónicos de consumo y física de partículas.
“Me presenté en sus oficinas acá en Chile con solo una idea y ellos de inmediato se comunicaron con sus oficinas en Texas preguntando si me podían ayudar y dijeron de inmediato que sí. Me vine con equipos que valen varios millones de pesos sin siquiera firmar un papel. Eso acá en Chile no se da”, añade el ingeniero mecánico.
SONUS
Actualmente, en la mayoría de las industrias no se realiza mantenimiento predictivo a las maquinarias y las que sí lo realizan no lo hacen de forma constante. Ante esto, la propuesta de REDBRAYN es SONUS, un servicio que incorpora a las maquinas un sistema que les permite a las empresas monitorear de forma remota y en todo momento el estado en el que están trabajando los equipos. “Esto último les permitirá a la empresas, predecir fallas inesperadas mediante una red neuronal cuyo diagnóstico es muy exacto”, acota Guillermo.
“Otras de las potencialidades que tiene SONUS son: la optimización de tiempos, evitar períodos inactivos, reparaciones inesperadas, paros en la producción, cambios indebidos de repuestos, además de no ser necesario el desarme de los equipos”, añade María José.
SU APORTE A LA SOCIEDAD
Una de las principales motivaciones de Guillermo y su familia es contribuir al desarrollo del país y de las zonas más australes. En esta línea, hace pocos días realizaron un viaje a Aysén, donde tuvieron la posibilidad de visitar distintas localidades, entre ellas Tortel, donde quedaron impactados porque les comunicaron que “es probable que estén dos o tres meses sin luz porque el generador de la termoeléctrica que utilizan se les echó a perder y no hay quien lo arregle”, comenta Guillermo.
“Con el desarrollo tecnológico podemos solucionar muchos problemas que en nuestro país se han arrastrado por años. Si no nos subimos al carro de la cuarta revolución tecnológica, vamos a quedar atrás como país, porque vamos a ser anticompetitivos y porque las empresas que apuestan por las nuevas tecnologías producen con muchos menos costos. Más allá de lo que signifique el emprendimiento y ser empresario, me preocupa hacer cosas que beneficien al país en su conjunto”, acota.
LOS ZUBIETA Y SU RELACIÓN CON LA PUCV
“Yo a la Católica de Valparaíso la amo, me ha dado muchas cosas. Esta universidad tiene algo que otras no tienen, algo que a uno le permite ver otras cosas, tiene una visión diferente de la formación profesional, sus ex alumnos son personas integrales, con valores y con una capacidad técnica muy buena”, indica el ingeniero mecánico.
Por su parte, María José recuerda que su padre siempre los incentivó a estudiar en la PUCV y ellos nunca lo dudaron. Desde muy pequeña paseó por los pasillos de Casa Central, ya que nació cuando su padre cursaba su primer año de carrera y añade que “concuerdo mucho con lo que dice mi papá. He tenido la posibilidad de trabajar con profesionales de otras universidades y también de la PUCV y son muy distintos. No sé qué lo da, no sé si son los profesores, la formación, el ambiente, los ramos optativos, pero el ex alumno de la PUCV tiene una capacidad de enfrentarse a los problemas muy distinta”.