24.11.2020
La semana pasada se ratificó un convenio de colaboración entre la Escuela de Ingeniería de Transporte y la Cámara de Comercio y Turismo de Valparaíso (CCTV), con el objetivo de desarrollar una serie de estudios para abordar el impacto de peatonalización de algunas vías urbanas y sus efectos en la actividad económica productiva de los actores locales. Esto debido a una propuesta del gobierno para transformar algunas vías de Valparaíso en espacios peatonales.
El documento fue ratificado por el presidente de la CCTV, Marco Brauchy y el director de la Escuela de Ingeniería de Transporte, Juan Sánchez. Además asistieron algunos representantes de la Cámara y el jefe de docencia de la Escuela, Dr. Leopoldo Santibáñez. La actividad se efectuó tomando todas las medidas de seguridad, considerando el contexto de pandemia que vive el mundo y el país.
Al respecto, el profesor Sánchez señaló que dentro de los planes de la Escuela está compartir con la comunidad, parte de su quehacer. “Nuestra Unidad Académica nació como un requerimiento del sector marítimo portuario al Presidente Eduardo Frei Montalva, quien lo solicito a la Universidad. Existen una serie de problemáticas a nivel social, donde nosotros podemos ayudar. Hemos estado conversando con la Cámara de Comercio y Turismo de Valparaíso, quienes han enfrentado una serie de situaciones complejas, primero por el estallido social y segundo por la pandemia”, explicó.
En Valparaíso también se percibe una sobrecarga de tráfico y habitabilidad en algunas áreas. “Es una ciudad particular, con poca superficie. El Cerro Alegre, por ejemplo, se llena con vehículos mal estacionados y gran cantidad de personas que llegan a visitarlo, obstruyendo las vías de escape. Desde el gobierno central además se está tratando de impulsar la instalación de paseos peatonales con características muy particulares, que atentan contra la lógica para elaborarlos. Se propuso, por ejemplo, realizar uno en una cuadra de Prat, donde funcionan todos los bancos y no hay mucho comercio. Nosotros queremos aportar con nuestra experticia y evitar los conflictos que puedan producirse allí. En ocasiones, se toman decisiones en Santiago, sin ver las particularidades de las regiones”, advirtió el académico.
El plan de Valparaíso es muy restringido. En la parte más angosta, no tiene más de cuatro o cinco calles que conectan la zona portuaria con la zona de Barón. Esto genera una restricción absoluta a la hora de cerrar calles para el transporte de vehículos. De acuerdo a los especialistas, hay muy poco espacio de maniobra para determinar los usos, lo que debe ser analizado por los expertos de la PUCV.
El contacto con la Escuela de Ingeniería de Transporte surgió a través de los vínculos que ella tiene con la Municipalidad de Valparaíso. Desde allí surgió la posibilidad de transformarse en socios estratégicos para dar soluciones coherentes a las problemáticas de la ciudad puerto. El convenio tiene una vigencia de tres años, los que son renovables.
EL DESAFÍO DE LOS TROLEBUSES
Otro de los problemas que tiene Valparaíso se vincula con la privatización del transporte público como ocurre con el sistema de trolebuses. El profesor Sánchez explica que anualmente, el gobierno apoya a sus dueños con más de 400 millones de pesos, basados en la ley espejo del Metro. Cada año vemos como el grupo económico dueño solicita ayuda con el argumento que van a desaparecer. “El sistema de trole debería ser gratuito para los habitantes de la ciudad y debería ser un organismo público que se hiciera parte de su administración. Esto debería ser financiado por el Estado”, concluye.
Por Juan Paulo Roldán
Dirección General de Vinculación con el Medio