27.07.2018
En una solemne ceremonia que comenzó en la Capilla de la Casa Central, el profesor titular de la Escuela de Negocios y Economía, Claudio Elórtegui Raffo, asumió oficialmente como rector de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso para los próximos cuatro años, en lo que será el tercer periodo bajo su administración.
Luego de una reunión con el Consejo Superior, se efectuó una Misa la que fue presidida por el Pro Gran Canciller de la Universidad y Administrador Apostólico de la Diócesis de Valparaíso, Monseñor Pedro Ossandón y el Vice Gran Canciller de la PUCV, Presbítero Dietrich Lorenz Daiber.
Posteriormente, en el Salón de Honor el profesor Elórtegui realizó un discurso, el que fue seguido atentamente por autoridades nacionales y regionales, representantes del sector público y privado, vicerrectores, decanos, consejeros superiores, directores de escuelas e institutos, ex rectores, académicos, estudiantes, funcionarios y exalumnos, quienes siguieron atentamente las palabras del rector.
El Pro Gran Canciller, Pedro Ossandón, destacó la tradición y la forma de hacer las cosas en la PUCV, institución que este año cumple 90 años de trayectoria formando a destacados profesionales para Chile y el mundo.
“Esta Universidad verdaderamente cumple con su vocación de servicio, no solamente a la Iglesia, sino que a toda la región y el país. Gracias por permitirme este ambiente, este tono coloquial. Lo que más me ha gustado de esta Universidad es que he recibido un calor de hogar. No hay nada más maravilloso que educarse y ofrecer el servicio de la educación a personas de manera humilde y tratarlos por su nombre, decirles gracias y pedirles perdón cuando sea necesario, ofrecer nuestra ayuda, estar siempre disponibles, no pasar nunca por delante de nadie sin saludar ni acoger, escuchar atentamente y no tenerle miedo a aquellos que piensan distinto, que tienen otras actitudes o toman otros caminos. Siempre la Universidad va a ser para nosotros el espacio del debate de altura, con prudencia, serenidad y buen espíritu”, indicó.
LA PUCV COMO UN REFLEJO DEL PAÍS
Por su parte, el rector Elórtegui expresó su gratitud por todos quienes contribuyeron a su formación y recordó a sus padres de quiénes recibió los valores que fundamentan su existencia, agradeció por el apoyo familiar y la impronta recibida de sus maestros tanto en el colegio, universidad y postgrado.
“Un reconocimiento especial a todos quienes integraron el equipo directivo superior de la Rectoría en este período que estamos concluyendo, por su aporte leal y eficaz. De la misma forma, mi gratitud a quienes integran el gabinete de Rectoría, por su entrega generosa y compromiso permanente. Agradezco a la comunidad de académicos de la Universidad por el gran respaldo recibido una vez más en la votación realizada como parte del proceso que está contemplado en los Estatutos de la institución para la elección de rector”, explicó.
En su discurso, planteó que a lo largo de la historia de la PUCV, dos rasgos han determinado en buena medida el devenir de la institución, inspirada en el mensaje evangélico. Uno de ellos es la búsqueda constante de la excelencia en las distintas áreas del quehacer institucional, especialmente en lo académico y el otro es la inclusión, que significa que acoge a jóvenes de distintos estratos de la sociedad, de tal forma que se puede decir con orgullo que nuestra Casa de Estudios se parece a Chile, porque la composición socioeconómica de sus estudiantes reproduce casi exactamente la del país.
“Esta configuración de nuestros estudiantes existe mucho antes que se comenzara a aplicar la gratuidad como política pública y se hizo posible porque desde hace muchos años nuestra Universidad aporta significativos recursos propios para complementar los fondos del Estado para ayudas estudiantiles. Ello constituye otra evidencia del carácter público y compromiso social que indiscutiblemente caracterizan a la PUCV”, señaló.
El académico fue enfático en señalar que nuestros egresados gozan de gran prestigio a nivel nacional e internacional, constituyéndose en los mejores embajadores de la PUCV en la sociedad. “Ellos se caracterizan por su competencia para un desempeño profesional prestigiado, preocupación constante por su formación y actualización, capacidad para asumir tareas en diferentes ámbitos y culturas, vocación de servicio a la sociedad y poseen el sello de la propuesta valórica institucional”, expresó.
DESAFÍOS FUTUROS
En el ámbito de la creación de conocimiento, los objetivos para los próximos cuatro años en la PUCV serán incrementar la productividad e impacto de la investigación, promover la investigación interdisciplinaria, fortalecer las redes internacionales, potenciar el vínculo de la investigación con la innovación, la transferencia tecnológica y el emprendimiento; junto con ello, se buscará consolidar los programas de doctorado y su proyección internacional, junto a la creación de nuevos programas de doctorado interdisciplinarios que permitan abordar y plantear nuevas problemáticas de la sociedad.
“Por su historia y sentido de misión, nuestra Universidad ha tenido en forma permanente una fructífera relación bidireccional con la comunidad. En los próximos años fortaleceremos esa relación. El entorno de la PUCV ya no es solo lo regional, también hay que considerar lo nacional y lo internacional. La dimensión regional y las relaciones internacionales son aspectos a priorizar en la vinculación con la sociedad”, expresó.
Otro gran objetivo que se espera concluir antes del centenario de la PUCV es contar con un Centro de Eventos que pueda albergar un Aula Magna con una mayor capacidad para acoger actividades culturales como conciertos, exposiciones, seminarios y congresos, iniciativa que será un aporte para la ciudad y la región.
“La participación de los distintos grupos que forman la comunidad universitaria tiene una larga tradición en nuestra Universidad, formando parte de su cultura organizacional. Se avanzará para ampliar y perfeccionar los espacios de participación, de acuerdo a las metodologías y procedimientos propios de la institución universitaria, que se caracterizan por el rigor en todas sus expresiones y por el diálogo para buscar acuerdos cuando existan posturas divergentes. Los avances en participación no deben comprometer la gobernanza institucional, que hace posible procesos académicos de excelencia. Junto con ello, la participación de los distintos grupos supone no solo derechos, sino también un genuino compromiso con la institución”, concluyó.
Por Juan Paulo Roldán
Dirección General de Vinculación con el Medio
Fotos: Ángela Tobón Coral