El programa de Emprendimiento Escolar, de la Dirección de Innovación y Emprendimiento, perteneciente a la Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados (VRIEA) se encuentra apoyando proyectos realizados por estudiantes de colegios de distintas comunas de la región. En el presente año son 71 clubes los que reciben asesoramiento, financiamiento y formación en las capacidades emprendedoras y de innovación, en áreas tan diversas como la ecología, gastronomía, comunicaciones, ciencia, y tecnología, entre otras.
En el colegio Tierra del Fuego de Quillota, cuatro alumnas de primero medio, María José Rubilar, Josefa Bravo, Constanza Valdivieso y Valentina Canales, a cargo del profesor de biología Daniel Sanz tuvieron la iniciativa de fabricar fertilizante para la tierra, conocida como humus, de forma natural. Este proyecto lo realizan en el patio del establecimiento, donde implementaron una caja con tres separaciones en donde se efectúa el proceso.
La idea fue propuesta por el profesor a un curso de primero medio, sin embargo, estas cuatro niñas son las que aceptaron realizar y continuar con la idea. Constanza Valdivieso indicó: “me pareció atractivo como un proyecto de emprendimiento para explotar, debido a la localidad, ya que en muchas partes de Quillota hay campos y se trabaja en agrícola, por lo que necesitan fertilizantes sobre todo si son orgánicos”.
El grupo de trabajo, en primera instancia contó con la ayuda de los directivos del colegio en donde la administradora del establecimiento, Marcia Mansilla, donó los primeros gusanos para que luego se reprodujeran y comenzar el proceso de la fabricación del humus. Los desechos orgánicos los consiguen en el casino, toda la comida que sobra a diario se las entregan a las alumnas con el fin de aportar a su proyecto. Los otros materiales con los que tuvieron que montar la caja para la preparación del humus, tales como tablas, plástico y la construcción del mismo recipiente corrieron por cuenta del colegio.
Pese a la ayuda que han recibido las estudiantes por parte de la comunidad escolar, han tenido problemas en la realización del proyecto. El tiempo de lluvia y frío, aumentó la humedad y retrasó la reproducción de las lombrices, que son las que a través de los desechos orgánicos producen el humus. Ante la situación anterior, han buscado distintos métodos para que no se vea tan afectada la producción del fertilizante, entre los que el más efectivo de momento ha sido tapar el recipiente con cajas de huevo que aíslan el frío.
Carlos Panes, coordinador de Emprendimiento Escolar visitó el colegio el día martes 13 de octubre. En la oportunidad, las jóvenes mostraron el avance de su proyecto, donde a pesar de los inconvenientes han logrado sacarlo adelante con esfuerzo. Actualmente tienen 5 kilos de humus, y esperan seguir fabricando más. Autoridades y profesores del establecimiento ya le han manifestado la intención de comprar bolsas del fertilizante.
El grupo de trabajo, debido a los buenos resultados y la investigación que han dedicado al tema ya piensan en replantear el proceso productivo y cambiar el método utilizado para apurar el proceso sin la necesidad de usar productos químicos y así mantener la naturalidad de su producto. Es profesor a cargo manifiesta que sería ideal que proyecten el trabajo y lo realicen a futuro.
Por otro lado, el coordinador de emprendimiento escolar, felicita al grupo por el avance de su proyecto y la motivación que han puesto en él. También indica: “Veo que a través de su idea han podido realizar el trabajo, a pesar de las complicaciones que han tenido en el transcurso, por lo que es valorable lo que hacen y las ganas que tienen de emprender, y sacar su proyecto adelante”.
La iniciativa de emprendimiento escolar, nace como una forma de vincular el trabajo entre estudiantes y profesores de distintos establecimientos educacionales de la región de Valparaíso, y que les permita trabajar sobre propuestas de diversa índole. Con el objetivo de aprender y comprender que la innovación y el emprendimiento, son opciones válidas para el desarrollo personas y colectivo.
Por Macarena Guerra, Periodista VRIEA-PUCV.