22.12.2021

Más de 4 mil mujeres han sido víctimas de femicidio el año pasado en Latinoamérica ¿Cómo ves la situación en el continente y en particular en Chile con respecto a estos temas?

Es grave y aquí creo que cometemos el error de pensar que estamos en un país ubicado en otra parte. Chile es un país latinoamericano con todos los desafíos por desarrollar y trabajar que eso implica. 

Efectivamente el problema de la violencia hacia la mujer en la región es muy serio, grave y estructural, lleva muchos años  y nos va a tomar muchos más poder revertirlo de alguna manera. Todavía nos falta avanzar y visibilizar, poner nombre y hablar sobre las distintas formas de violencia. Aunque esta tiene su máxima expresión en los femicidios, hay otras formas de violencia hacia la mujer que debemos efectivamente identificar y detener, por eso es importante tener mucha conciencia al respecto.

Hemos hablado de los micromachismos, pero llama la atención cuando nos topamos con un macromachismo como lo que pasó con el diputado Johannes Kaiser, al decir que las mujeres no deberíamos tener derecho a voto y más… ¿por qué pasa esto?

Eso habla de que nuestra norma social está todavía demasiado relajada en torno al tema. Es fácil decir 'esta persona no está bien psicológicamente' y atribuir sus declaraciones a un asunto individual, pero en realidad si esta persona se atreve a hablar así en un foro abierto es porque la norma social está demasiado laxa. 

No hay una norma social que te diga 'no puedes hablar de esto' y ojalá pudiéramos avanzar al ‘no llegues a pensar en esto’. Esto demuestra que nos queda trabajo.

Las instituciones educativas debemos coordinarnos -desde los colegios a las universidades- porque llama la atención que existan hombres que han pasado por un sistema educativo, es decir, que fueron al colegio, completaron su educación, (probablemente en colegios particulares pagados) que luego ingresaron a la universidad y que se expresan de esta manera. Algo falla si se sienten ajenos a una institución social o a un proceso de socialización. 

¿Qué muestra la experiencia comparada sobre aquellas acciones que rinden fruto? Hay políticas públicas y cuestiones culturales que se canalizan por la vía de la educación, pero ¿existen cosas en concreto que tú dirías nos faltan o que deberíamos implementar? 

Un punto importante ha sido el avance de las universidades para establecer protocolos a propósito de la ley que se promulgó recientemente sobre los reglamentos y el abordaje integral, sobre todo en el área de prevención. Estas son señales claras, formas de proceder muy concretas que apuntan a frenar estas conductas. 

La prevención es fundamental y para esto hay que poner la violencia contra la mujer en la mesa y no verlo como un asunto superado, porque estamos lejos de eso. Posteriormente, tener un procedimiento para la transgresión de la norma: juzgamiento y la sanción, pero no es lo único.

En la experiencia internacional lo que ha servido es tener políticas institucionales claras, tanto en la universidad, como en la escuela y los lugares de trabajo. No podemos pensar que vamos a tener un cambio cultural espontáneo, es un grave error pensar que la sociedad va a ir evolucionando sola.

Volviendo a esto de cosas que no se pueden decir... en general en Chile vemos que las polémicas se utilizan para presentar proyectos de ley al respecto, por ejemplo, la ley Kayser que presentó la Diputada Karol Cariola para prohibir la apología a la violación ¿crees que habría que pensar en algo más amplio? 

El hecho de que estemos pensando en crear una ley para esto da cuenta que nuestro sentido común no ha sido desarrollado en este sentido, porque uno pensaría que es de sentido común, pero sin embargo, algo pasa ahí en términos culturales que hace que todavía se den este tipo de situaciones. 

Efectivamente creo que hacer leyes puntuales no es la idea, sino que hacer algo mucho más integral y por sobre todo, trabajar en mínimos pisos éticos, es decir, si vas a ocupar un cargo público deberíamos fijarnos en que se cumplan ciertas garantías. No puede ser que si alguien es elegido por votación popular, pero es violentista, el argumento sea que la mayoría lo escogió. No podemos caer en eso. 

Escucha la entrevista en de Cony Stipicic y Paola Berlín en el programa ‘Que hay de nuevo’’ aquí: https://bit.ly/3xqOzGR