20.10.2022

En 2018 la PUCV fue una de las primeras universidades que se hizo cargo de las problemáticas de acoso, violencia y hostigamiento creando una comisión orientada a la prevención, el acompañamiento y la sanción de estas conductas.

Además, incorporó un elemento innovador que hoy es un requisito exigido por la Ley 21369 que regula el acoso sexual, la violencia y la discriminación de género en el ámbito de la educación superior: consideró a todos los estamentos con voz y voto en la resolución de los casos.

Esto quiere decir que hoy la Comisión se compone de 7 personas: la académica y presidenta de la Comisión, Carmen Gloria Núñez; Juan Pablo Faúndez, representante del Consejo Superior; Jorge Larrocau, representante del rector; David Letelier, Director de Asuntos Estudiantiles; Verónica Galindo y María Cecilia Herrera, funcionarias y representantes de los sindicatos y finalmente, María Ignacia Rubio, representante electa hace un par de meses por los estudiantes.

María Ignacia es la tercera persona que representa a su estamento en la Comisión CAHVDA y fue electa con la amplia aprobación de la comunidad estudiantil, quienes abrieron una convocatoria a través de la Federación de Estudiantes PUCV.

María Ignacia Rubio es estudiante de segundo año de la carrera de Pedagogía en Castellano y Comunicación y será parte de este órgano triestamental durante el presente año. Conversamos con ella para conocer su visión sobre nuestro quehacer y sus proyecciones 

¿Qué te motivó a postular a este cargo?

Soy activista de salud mental hace un año aproximadamente, he trabajado durante este tiempo desde la neurodivergencia, porque soy una persona neurodivergente. Siempre desde este enfoque, pero también entendiendo que el patriarcado afecta, además, desde chica siempre me interesó el feminismo.

Una amiga que es representante estudiantil de la Facultad de Filosofía y Educación me contó de la convocatoria y me dijo que era perfecta para el cargo, así que empecé a leer los requisitos y me pareció que coincidía con ellos, porque buscaban a alguien con perspectiva de género y pensamiento crítico. Creo que es algo que durante estos años he podido desarrollar. También sentí que podría llevar mi vocación de servicio con perspectiva de género y neurodivergente hacia un plano más material y no sólo desde el activismo, sino que también desde el trabajo.

¿Qué esperas de este tiempo en la comisión?

Ser un aporte para resolver las problemáticas estudiantiles y representar a esta voz en la comisión, porque para este órgano es muy importante el enfoque que tenemos los y las estudiantes. 

¿Qué actividades crees que podría organizar la universidad para avanzar a una comunidad más segura?

Hacer actividades de concientización sobre estos temas, porque se dictan charlas pero a veces son muy específicas. Deberían existir otras intervenciones y que los estudiantes podamos re-apropiarnos de los espacios.

¿Hay algo más que quieras agregar?

Estoy muy agradecida  porque la comunidad estudiantil confió en mí. Mucha gente se me acerca y me cuenta sus cosas, es bacan sentir su apoyo.