En su Derecho a la pereza, Paul Lafargue sostenía que la fuente de todas las miserias de las sociedades capitalistas era el amor por el trabajo, la pasión que los trabajadores sentían hacia sus cadenas. Con ello, reconocía que era preciso una determinada economía libidinal, y por ende una reproducción social y emocional, para garantizar el buen funcionamiento de una sociedad capitalista. Lafargue inauguraba así una línea de pensamiento que, en el debate actual, piensa el capitalismo desde sus afectos y, así, traslada la disidencia a una reflexión sobre formas de deseo no colonizadas por las lógicas del capital. 

    Esta conferencia se plantea si la pereza y todo el imaginario que suscita podría constituir un conjunto de prácticas y actitudes anticapitalistas, esto es, una gramática del deseo no neoliberal. Propone resignificar todo el espectro zanguango (fiestas y paseos, siestas y huelgas, jubilaciones y divagaciones) para pensar con él una micropolítica de la sublevación. En las sociedades del estrés y el cansancio, de la euforia y la motivación, quizá detenerse y desenamorarse sea una práctica tan imposible como necesaria para inventarse formas de vida ingobernables.

Biografía.