Ir a pucv.cl

Francisca y Javiera León Farías, egresadas de Derecho PUCV

Mellizas, mejores amigas y ahora abogadas

05.06.2025

Desde pequeñas han compartido el colegio, los gustos, los sueños y ahora también el título de licenciadas en Ciencias Jurídicas. Francisca y Javiera León Farías son mellizas, egresadas recientemente de Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), y han recorrido juntas un camino marcado por el esfuerzo, la conexión inquebrantable entre ambas y una vocación compartida por el Derecho Público.

Ingresaron a la carrera en 2019 y aunque al comienzo lo hicieron en paralelos distintos, rápidamente se reencontraron académicamente. "Es prejuicio eso de querer separar siempre a los mellizos", comenta Francisca. "A nosotras nos gusta estar juntas porque somos mejores amigas y nos apoyamos mucho en todo. Estudiamos juntas siempre para pruebas y grado, siempre conectadas".

A lo largo de los cinco años de carrera, estudiaron con los mismos profesores, prepararon juntas cada evaluación, cursaron la misma pasantía y, sin haberlo planificado, incluso rindieron su examen de grado el mismo día y ante la misma comisión. “Nadie lo podía creer, el azar nos jugó a favor también”, recuerda Francisca con una sonrisa.

Desde cuarto medio, Francisca tenía claro que quería estudiar Derecho. Javiera también, pero admite que le costó un poco más reconocerlo: “Busqué otras carreras afines, pero ninguna era como Derecho, que era lo que yo quería. A veces te dicen que tienes que separarte, que no puedes hacer siempre lo mismo que tu hermana, pero al final hicimos lo que nos hacía felices”.

Durante la carrera se hicieron conocidas como "las mellis". Al principio, incluso sus amigas y profesores las confundían, pero con el tiempo lograron que las personas comenzaran a diferenciarlas. Aun así, muchas veces quienes las rodean prefieren referirse a ellas en plural, como una unidad. "Entendemos que no es fácil diferenciarnos, pero también somos conscientes de que cada una tiene su propia personalidad", comentan.

Ambas destacan el nivel de exigencia de la Escuela de Derecho y el prestigio de la formación recibida. “A veces se hacía difícil porque había mucho que estudiar, nos daba nervios, pero entre las dos lográbamos sacar adelante todo”, recuerda Francisca. Javiera agrega: “Con la exigencia uno lo pasa mal, pero después se agradece, porque te sientes preparada. Luego de dar el grado todo se ve pequeño, ya sabes de qué eres capaz”.

Uno de los hitos más importantes de su formación fue la pasantía profesional, que también realizaron juntas, esta vez en la Contraloría General de la República. Aunque postularon por separado, ambas fueron seleccionadas. “Aunque no lo busquemos, siempre terminamos juntas. Muchas veces sin conversar, decidimos lo mismo”, dice Francisca. En esa experiencia, además, pudieron constatar el prestigio del sello PUCV. “Nos dimos cuenta que en otros lados, los abogados de la Católica de Valparaíso somos muy valorados”, destacan.

La disciplina no solo ha estado presente en lo académico. Desde la etapa escolar fueron atletas, y gracias a ese recorrido ingresaron a la universidad por la vía de admisión especial para deportistas destacados. Aunque dejaron el atletismo competitivo por falta de entrenador, han mantenido una vida activa. Mientras estudiaban para el examen de grado, encontraron en el deporte un método de concentración y organización. “Salíamos a correr temprano, y luego estudiábamos todo el día. Usábamos el método Pomodoro, estudiábamos un tiempo determinado, pausábamos, y así lográbamos mantenernos enfocadas todo el día”, explica Francisca. Este 2025, ambas correrán la Maratón de Santiago.

Durante su preparación para el examen, llevaban una libreta con metas diarias y se interrogaban mutuamente. “Si una no sabía, la otra se enojaba de pura preocupación”, cuentan riendo. Más allá del rigor, destacan el equilibrio emocional que lograron cultivar: “Siempre nos estamos regulando. Cuando una está más baja de ánimo, la otra la anima. Somos afortunadas porque siempre tenemos una red de apoyo incondicional, que es la otra”.

Para quienes hoy están estudiando, su mensaje es claro: “Es muy importante no sentirse solo, generar vínculos, comunicarse, expresar cómo uno se siente. También es fundamental tener otras actividades y despejar la mente”.

Cuando miran hacia atrás, destacan especialmente a ciertos profesores que marcaron su formación. Javiera recuerda su primera clase con Carlos Salinas: “Me enamoré de la carrera ese día. Historia del Derecho nos la enseñaba como un magistrado”. Francisca destaca la inspiración que le generaba el profesor Nelson Reyes, “por cómo se expresa, por todo lo que sabe”. Ambas valoran también el ejemplo de profesoras como Andrea Montecinos o Lorena Carvajal: “Las veíamos y pensábamos: podemos ser grandes abogadas como ellas. Son una inspiración”.

Hoy, con el grado en el bolsillo y una sólida formación jurídica, Francisca y Javiera proyectan su futuro con entusiasmo. Su próximo objetivo: hacer la práctica profesional juntas y seguir cultivando su vocación en el ámbito del Derecho Público. Dos trayectorias paralelas que se nutren mutuamente y que, lejos de buscar diferenciarse por imposición externa, avanzan juntas por decisión propia, con la convicción de que el verdadero éxito se construye mejor en compañía.

Facultad y Escuela de Derecho PUCV