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Estudiantes de Filosofía de la PUCV participan en el 1° Congreso de Estudiantes de Pedagogía en Filosofía

Ambas exposiciones invitan a repensar la pedagogía filosófica, enfatizando tanto en la infancia como en la ética, y subrayan el compromiso de los futuros docentes de la PUCV con una enseñanza filosófica transformadora y reflexiva en tiempos de incertidumbre.

El pasado jueves 24 de octubre, en el marco del "1º Congreso de Estudiantes de Pedagogía en Filosofía" realizado en la Universidad Alberto Hurtado, dos estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), José Moraga y Sergio Mena, presentaron ponencias que abordaron la enseñanza de la filosofía desde una perspectiva innovadora y reflexiva.
 
Sergio Mena, estudiante de Licenciatura en Filosofía, compartió su trabajo titulado "Filosofando con niños", donde exploró la importancia de introducir la filosofía en la infancia como una herramienta de desarrollo vital. Inspirado en una experiencia con una niña que creaba historietas, Mena enfatizó la capacidad de los niños para autoformarse y comunicarse a través de su entorno. Utilizando las ideas de Paulo Freire sobre la "Pedagogía del Oprimido", argumentó que, al acompañar a los niños en sus proyectos creativos, se puede transformar la filosofía en un juego compartido que fomente una alfabetización liberadora. Su enfoque propone un rol de la filosofía en la educación que vaya más allá del conocimiento formal, alentando a los infantes a explorar su entorno y cuestionar las estructuras que los rodean​.
 
Por otro lado, José Moraga, estudiante de Pedagogía en Filosofía, presentó "La paradoja de la filosofía, una invitación ética". En su ponencia, Moraga reflexionó sobre la enseñanza como una actividad que debe trascender el contenido académico para convertirse en una práctica ética y coherente. Planteó la necesidad de cuestionar no solo qué se enseña, sino también por qué se enseña, destacando la relevancia de un compromiso ético en la relación docente-alumno. Propuso que los educadores deben ser un "testamento vivo" de sus enseñanzas, promoviendo una ética que no solo sea teórica, sino que se manifieste en su actuar cotidiano. Para Moraga, el verdadero desafío de un profesor de filosofía es enseñar a cuestionar todo, pero sin perder de vista los valores éticos que sustentan la comunidad.
Ambas exposiciones invitan a repensar la pedagogía filosófica, enfatizando tanto en la infancia como en la ética, y subrayan el compromiso de los futuros docentes de la PUCV con una enseñanza filosófica transformadora y reflexiva en tiempos de incertidumbre.