23.02.2021
El académico del Instituto de Física de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Dr. Nicolás Tejos, integra un equipo internacional de astrónomos y astrofísicos de 21 instituciones de investigación de todo el mundo, que estudia el nuevo fenómeno astrofísico denominado Fast Radio Bursts (FRB), ráfagas cósmicas que permitieron develar la existencia de lo que se conocía hasta hace poco tiempo como ‘materia perdida’ del Universo.
Este hallazgo, que fue portada de la prestigiosa revista científica internacional Science en agosto de 2019, recibió hace pocos días el Premio Newcomb Cleveland de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS). La distinción, junto con ser la más antigua entregada por esta asociación norteamericana, se otorga desde 1923 al “mejor artículo publicado por Science”, considerando en la evaluación factores como la calidad e innovación del trabajo de investigación y su contribución al campo disciplinar.
"Los FRBs son eventos extragalácticos extremadamente breves y que se originan en galaxias muy, muy lejanas, por lo que identificar la fuente exacta de la señal es como buscar una aguja en un pajar", dijo Holden Thorp, editor en jefe de Ciencias y presidente del Comité de Selección del Premio Newcomb Cleveland. "Los métodos descritos en este estudio permitirán a otros equipos determinar los orígenes astronómicos de más FRBs y, a su vez, quizás la naturaleza elusiva de sus fuentes", destacó.
Sobre la adjudicación, el investigador Nicolás Tejos comentó: “como científico es un orgullo integrar y trabajar en este equipo de investigación distinguido por la AAAS y que reconoce internacionalmente la contribución que estamos realizando a la ciencia en general y, por supuesto, a nuestro campo disciplinar: la astrofísica. Además, el hecho de que este premio no se entregaba a un paper de astronomía desde el año 2009, es una doble motivación para seguir investigando y realizando nuevos descubrimientos sobre los FRBs, emitidos desde galaxias a miles de millones de años luz de distancia”.
INVESTIGACIÓN DE IMPACTO GLOBAL
El equipo científico que integra el investigador chileno de la PUCV, es una colaboración internacional liderada por Keith Bannister, ingeniero de investigación de la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth (CSIRO) y la agencia científica nacional de Australia, que incluye también la participación de astrónomos y astrofísicos de India, Japón, Países Bajos, Reino Unido y Estados Unidos.
De esta manera, los científicos monitorean continuamente grandes partes del cielo, esperando la aparición de un FRB desde el telescopio ‘Australian Square Kilometer Array Pathfinder’ de CSIRO y un conjunto de 36 antenas de radio, cada una de 12 metros de diámetro. Para evitar la recopilación de una cantidad inmanejable de datos, diseñaron un sistema de procesamiento para detectar automáticamente los FRB y guardar tres segundos de datos relacionados con los eventos.
El sistema registró con éxito un FRB el 24 de septiembre de 2018. Luego, el equipo de investigación utilizó una supercomputadora para combinar los datos guardados, lo que les permitió determinar la dirección desde la que llegó la ráfaga. Esto identificó la ubicación de la fuente como una galaxia a unos 3.600 millones de años luz de distancia y similar en tamaño a nuestra propia Vía Láctea. La resolución angular fue lo suficientemente precisa como para determinar la ubicación del FRB dentro de la galaxia.
"Si estuviéramos en la Luna y miráramos a la Tierra con esta precisión, seríamos capaces de decir no sólo de qué ciudad proviene el estallido, sino de qué código postal e incluso de qué cuadra", dijo Bannister en un lanzamiento de junio de 2019 de CSIRO que anuncia el descubrimiento.
Determinar la ubicación exacta de un FRB que no repite es un paso importante para descubrir las causas astrofísicas de las ráfagas. Además, debido a que los FRB se ven alterados por la materia por la que pasan en su camino a la Tierra, la localización de las explosiones ya ha ayudado a los investigadores a comprender el gas de baja densidad en el espacio intergaláctico, que influye en la formación y evolución de las galaxias.
En este contexto, el científico chileno Nicolás Tejos, dirigió las observaciones del telescopio Gemini Sur emplazado en territorio chileno y tuvo que cotejar los datos obtenidos con los del Observatorio Keck en el hemisferio norte (liderado por el Dr. Xavier Prochaska) y del Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral emplazado en el norte de Chile (liderado por Dr. Stuart Ryder). De esta manera, pudo obtener una imagen tridimensional del fenómeno determinando la distancia cosmológica en que se ubica la galaxia y así determinar que la luz salió de ésta hace unos 4 mil millones de años.
“Estoy seguro que la contribución que este equipo de investigación está realizando a la astronomía, será fundamental para el estudio de estos fenómenos transitorios y de las teorías que existen en torno a ellos, lo que podría traer consigo significativos cambios en nuestra percepción del universo”, concluyó el investigador chileno de la PUCV.
Por Marcelo Vásquez
Dirección de Investigación PUCV