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Ex alumno crea agrupación de música chilena con intérpretes europeos y nacionales

Ernesto Calderón estudió música entre 2002 y 2007 en la PUCV. Recorriendo la escena del Viejo Continente se percató que había interés por nuestra cultura. En 2012, fundó el Ensamble Transatlántico de Folk Chileno en Valparaíso, agrupación que integra a músicos provenientes de Suecia, Escocia y Noruega.

Viernes 18 de marzo de 2016

Ex alumno crea agrupación de música chilena con intérpretes europeos y nacionales - Foto 1

Por Juan Paulo Roldán

Contar con un conjunto de música tradicional que represente las raíces de la cultura chilena, pero que sea integrado por intérpretes de los cinco continentes fue la principal motivación que tuvo el músico Ernesto Calderón para formar el Ensamble Transatlántico de Folk Chileno, agrupación que comenzó a armarse en Suecia en febrero de 2012.

Calderón, quien es exalumno del Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, estuvo viviendo un tiempo en España mientras su señora realizaba estudios de intercambio, contexto que le permitió conocer la escena de la música étnica europea y hacer contactos, además de componer los primeros temas del repertorio del conjunto.

“Desde hace algunos años he tenido la posibilidad de ir a varios encuentros internacionales de música, especialmente campamentos étnicos que duran una semana donde participan músicos de distintas partes del mundo y comparten creaciones originales de los países. Allí me di cuenta que la música chilena era muy desconocida, pero había interés en ella, pues les parecía atractiva aunque fuera escasa”, recuerda.

Conversando con amigos, el acordeonista porteño pensó que esta inquietud podía canalizarse en un ensamble que funcionara a distancia y comenzó a enviar algunas piezas del repertorio por correo electrónico. Posteriormente, se conectaron por Skype y comenzaron a juntarse para ensayar los temas, surgiendo esta semilla que se constituyó oficialmente en Valparaíso con músicos de Santiago y del puerto.  

“Cuando volví a Chile se me ocurrió armar un grupo estable que funcione como una orquesta y que exista en varias partes del mundo al mismo tiempo, con un funcionamiento horizontal donde cada agrupación tome la iniciativa y se agrupe, que opere como una comunidad. En octubre de 2012, se realizó el Festival de Música Inmigrante y se materializó una versión con 60 músicos que después fue decantando. Hoy contamos con alrededor de 30 músicos en Chile y tenemos 20 intérpretes en el extranjero”, agrega Calderón.

El Ensamble Transatlántico de Folk Chileno cuenta con integrantes que provienen de Suecia, Escocia y Noruega. Mientras los chilenos no se encuentren físicamente en el extranjero, los europeos se encargan de la gestión, planifican en qué giras pueden participar y se proyecta lo que viene para el futuro. Hay planes de incorporar a músicos de Estados Unidos e India.

Recientemente, por ejemplo, tocaron en Escocia en el marco del proyecto titulado “El viaje de las mil alas”, orquesta que se creó en Edimburgo y que cultiva distintas tendencias musicales, presentándose en los estudios de la Radio BBC donde mostraron parte de su trabajo.

“Nos contactaron a través de una violinista y como estrategia de promoción fuimos a los estudios de la BBC en Escocia. Hicimos una presentación en vivo y quedamos bastante conformes. Esto nos sirvió para integrar a más músicos europeos. En la BBC habíamos sólo dos músicos chilenos, yo en acordeón y Tomás del Real en guitarra. El resto era de Bélgica y Escocia”, recuerda Calderón.

VÍNCULOS CON LA ESCENA NACIONAL

Europa ha consolidado durante el último tiempo los intercambios musicales en música étnica. En cada festival se reúnen representantes del Viejo Continente, África, Asia y Estados Unidos. De América Latina asisten algunos representantes de Argentina, Brasil y Chile.

“El circuito comenzó en Suecia, que es el principal exportador de música tradicional. En la escena folk también participan Estonia y Bélgica. Ahora se está sumando Alemania, Croacia, Italia, Finlandia, Noruega, Dinamarca y Portugal. De los países más lejanos, se incorporaron India, Australia y Camerún”, plantea.

En un comienzo, el Ensamble Transatlántico de Folk Chileno contó con el apoyo del cantautor Nano Stern, quien este año fue jurado en el Festival Internacional de Viña del Mar. “Como favor personal le pedí ayuda a Nano y colaboró en la dirección del primer ensayo que se realizó en Valparaíso donde participaron alrededor de 50 músicos. Fue muy importante, como un mentor, para guiar al conjunto. Colaboramos juntos en el Festival de las Artes y hemos coincidido en el extranjero”, rememora Calderón.

La compositora y cantante Pascuala Ilabaca también ha participado en el Ensamble, aportando con sus creaciones. “A Pascuala la conocí en la PUCV y fuimos compañeros en un taller de composición. Nos ayudó a pensar algunos arreglos musicales. Por ejemplo, nos sugirió agregar un pregón a la canción ‘Oro Negro’. No descartamos seguir colaborando en el futuro”, señala.

INTERVENCIONES URBANAS

El Ensamble Transatlántico de Folk Chileno se planteó como una agrupación versátil en el sentido de que no cuenta con una estructura rígida como una orquesta sinfónica. Se recibe a intérpretes en guitarra, violonchelo, violín y flauta, como también en gaita, acordeón y cajón peruano. 

Sobre el estilo de composición, Calderón agrega que se inspira en la cueca, saya, huayno, la música mapuche y otros ritmos tradicionales. “Me gusta hacer mezclas, evocando a distintas culturas sin que pierdan su esencia. No me cuestiono el tipo de instrumentos. En una orquesta tradicional existen cierto número de violines, flautas, contrabajos o violonchelos. En el caso de las orquestas étnicas son más libres. Todos los instrumentos sirven”, precisa.

Uno de los aspectos donde destaca la agrupación -tanto en Chile como en Europa- son las intervenciones urbanas donde se instalan sorpresivamente en algún espacio público e interpretan algunos temas, transformando la calle en un escenario que acerca la música al público, lo que ha llamado la atención de los transeúntes o turistas que circulan por los lugares.

La primera intervención urbana en nuestro país la realizaron en Valparaíso frente a la plaza Aníbal Pinto en el marco del Festival de las Artes. El año pasado tocaron una cueca étnica en el tradicional Reloj de Flores en Viña del Mar, la que fue subida a las redes sociales por los chilenos que viven en el extranjero y en un mes tuvieron 30 mil visitas.

“Es una manera de reivindicar el uso de los espacios públicos para la cultura. Nuestra idea es sacar a las personas de su espacio habitual, crear un momento y re-imaginar ese lugar. Queremos que todas las personas tengan acceso a la música. Estamos trabajando para hacer una intervención en Quilpué o Villa Alemana y así ampliar nuestro recorrido por la región”, explica.

El grupo se adjudicó el Fondo de la Música para grabar su primer disco compacto, donde van a plasmar sus principales composiciones. El trabajo que incluirá 12 temas se registró en los estudios REC en Limache y la mezcla final se efectuará en Estados Unidos, a cargo del destacado productor Danny Ventura.

A través del Ensamble, Ernesto ha realizado talleres de música en la Universidad de Gotemburgo en Suecia. Producto de esta vinculación, ha propiciado el arribo de alumnas de ese país a Valparaíso.

“He aprendido mucho con el trabajo del Ensamble. Para muchos el paradigma es estudiar en Europa. Mi sueño es que los europeos vengan a aprender a Valparaíso. Mi esfuerzo está enfocado a que los extranjeros que quieran estudiar música latinoamericana vean a Chile como un referente, no sólo a Argentina, Bolivia, Perú y Brasil”, concluye.

Es posible ver las presentaciones del conjunto tanto en Chile como en Europa a través  del canal de You Tube titulado Ensamble Transatlántico de Folk Chileno.