04.05.2018
Durante los últimos años, alrededor del 80% de las presentaciones del Coro Femenino de Cámara de la PUCV se han efectuado en templos. Es al interior de estos espacios donde la música sacra se aprecia con mayor nitidez y calidad. En esta misma línea, el pasado sábado 28 de abril, el conjunto de nuestra Casa de Estudios inauguró el ciclo de Conciertos en las Iglesias de este año en el templo San Luis Gonzaga del Cerro Alegre.
El conjunto de la PUCV fue dirigido por Loreto Pizarro y contó con un excelente marco de público y la asistencia de residentes del sector, seguidores del Coro Femenino, académicos y funcionarios de la Universidad, entre otros.
En la ocasión, la agrupación ofreció una selección de obras de compositores de música sacra del Báltico con obras como “Szeroka Woda” de Henryk Górecki (Polonia); “Taaveti laul n° 104” de Ciriluys Kreek (Estonia); “Only Sleep” y “O Salutaris Hostia” de Ēriks Ešenvalds (Letonia); “Crucem tuam adoramus Domine” de Pawel Lukaszewski (Polonia).
Luego, se interpretaron las obras “Flamboyant” y “Si a mí me hubieran dicho” de la compositora cubana Beatriz Corona junto con “Nubes” de Guido López Gavilán y “Aleluya N°2” de Leo Brower. El concierto concluyó con “Kyrie Mwono” de Rafael Díaz.
Sobre este ciclo de conciertos, la jefa de Proyectos Culturales de la PUCV, Kareen Stock, señaló que es una manera de vincularse con comunidades específicas y siempre se ha planteado que los templos son el espacio ideal para la interpretación de las obras que estudia el Coro Femenino de Cámara, considerando que la mayoría de su repertorio corresponde a la música sacra del siglo XX y principios del XXI.
“Este año decidimos retomar esta antigua tradición y nos propusimos llegar a otro tipo de público, insertándonos en comunidades que están cohesionadas por su propia naturaleza, por ejemplo, en el sistema escolar y las parroquias. Partimos con los conciertos de Semana Santa que fueron de Coro y Orquesta tanto en Limache y Reñaca”, indicó.
Más de 70 personas llegaron a la Iglesia San Luis Gonzaga del Cerro Alegre y los músicos fueron muy bien recibidos tanto por el público como por los anfitriones del templo.
“La recepción del padre Enrique Sagredo fue absolutamente positiva y se mostró muy contento por ocupar la parroquia. Sabemos que el Cerro Alegre tiene una enorme heterogeneidad y el público fue muy diverso, se mostraban abiertos a recibir estas composiciones y nos conectamos con ellos. La iglesia es el espacio natural para la música sacra, estas creaciones fueron escritas para que se extiendan por el templo. Este efecto, sólo se logra allí por su particular arquitectura. Fue una experiencia gratificante para las cantantes, el público y para la comunidad de la iglesia”, concluyó.
Por Juan Paulo Roldán
Dirección General de Vinculación con el Medio
Fotos: Ángela Tobón Coral