18.05.2017
La museóloga alemana de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Berlín, Julia Koppetsch, vive hace 10 años en Valparaíso, por lo tanto conoce de cerca las debilidades que presenta la preservación del patrimonio en la ciudad puerto.
Esta semana, la experta realizó la ponencia “Una ciudad, un museo: historias(s) porteña(s)” en la Sala Quinto Centenario de la Casa Central, encuentro que fue organizado por la Unidad de Patrimonio y Museografía de Extensión Cultural con la colaboración del Instituto de Historia y el Par Explora Conicyt de Valparaíso, con motivo de la celebración del Día Internacional del Museo.
Julia Koppetsch recordó que a nivel internacional se destaca a los museos como instituciones permanentes sin fines de lucro, que están al servicio de la sociedad, abiertos al público, que difunden y conservan el patrimonio material e inmaterial de la humanidad con fines de educación.
“En la actualidad se está planteando un nuevo concepto de museología, donde se establece una relación más profunda entre el museo, el territorio y la comunidad asociada a él, transformándose en una institución relevante en el espacio donde se ubica el museo”, indicó.
En su conferencia, la museóloga destacó el rol educador de los museos, pasando de los visitantes a los usuarios, donde los niños y jóvenes pueden descubrir objetos originales y vinculándolo a la historia.
Como una iniciativa valiosa, la experta citó el museo Neukollin de Berlín, donde los vecinos pueden llevar objetos o fotografías antiguas de sus casas y de esta forma reconstruir la historia local.
En la ocasión, se produjo un interesante debate entre la expositora y los asistentes, diálogo que fue moderado por el académico del Instituto de Historia, Dr. David Aceituno.
¿Es necesario que Valparaíso cuente con un programa de educación patrimonial como complemento a una propuesta museográfica?
“Viña del Mar, por ejemplo, cuenta con el Programa de Educación Patrimonial PASOS que funciona de maravilla y debiera replicarse en otras comunas. En Valparaíso la gente no tiene instancias de enfrentarse con su propia historia y no valora el patrimonio. Por eso la ciudad está sucia y rallada, no conocen su entorno y por eso no lo valoran”.
¿Cómo es la experiencia de la educación patrimonial en Alemania considerando tus estudios en Berlín?
“En mi país es obligatoria la visita a los museos y se hacen varias veces al año. No solamente en la ciudad donde está el colegio, también se viaja a otros lugares. Es parte del currículo y siempre es un paseo muy esperado, pues se puede salir de la rutina y es motivante pues se ofrece una instancia de salir de la sala de clases y aprender de otra forma”.
Los museos pueden ser un atractivo económico y turístico. Por ejemplo, lo que ocurre en Francia con el Museo del Louvre… ¿falta cambiar esa mirada en Valparaíso?
“Acá las personas se muestran reacias a generar un espacio económicamente rentable en un museo. Creo que es la única forma para que se sustente a futuro. Por ejemplo, en el Museo de Historia Natural de Valparaíso hace rato que iban a realizar una licitación para contar con una tienda en el museo y todavía no pasa nada. Hay que generar estas instancias para contar con otras fuentes de financiamiento y mantenerse en el tiempo”.
Valparaíso tiene un capital enorme con su historia y con el rol que ocuparon los inmigrantes…
“En este momento, estoy realizando una investigación que abarca la historia de la ciudad desde los inicios de la República hasta hoy con los inmigrantes contemporáneos que son nuevas oleadas que van a transformar la ciudad y dar su impronta. Para mí es muy importante no quedarse en el pasado y en el inmigrante histórico que tuvo una gran influencia en Valparaíso como ocurrió con los británicos, alemanes y norteamericanos. Posteriormente, llegaron los árabes, italianos y peruanos que están transformando la sociedad y aportan un valor. Hay que tener una mirada más amplia y no quedarse sólo en lo histórico”.
Por Juan Paulo Roldán
Dirección General de Vinculación con el Medio