Con broche de oro concluyó la vigésima octava versión del Festival de Cine Recobrado de Valparaíso que tuvo su función final en el Teatro Municipal de la Ciudad Puerto, instancia en la que la musicalización del centenario filme “Avaricia”, a cargo de la Orquesta de Cámara PUCV.
En la pantalla del teatro, las y los asistentes apreciaron la proyección de la obra maestra del austríaco Eric von Stroheim, estrenada en 1924 y considerada una pieza clave del cine, con uno de los mejores y más impactantes finales.
La versión en blanco y negro, perteneciente al archivo de la Cineteca PUCV, fue acompañada por la banda sonora compuesta especialmente para la ocasión. Bajo la dirección de Jesús Rodríguez, la agrupación de cuerdas de la Universidad dio vida a cada una de las piezas que el estudiante de tercer año de Licenciatura en Ciencias y Artes Musicales del Instituto de Música, Andrés Barros, concibió con precisión narrativa para cada una de las escenas de este drama.
Jaime Córdova, director del Festival Internacional de Cine Recobrado de Valparaíso, celebró la posibilidad de “disfrutar una obra que cumple un siglo y que está más vigente que nunca, una película muy moderna. Y que aun cuando le faltan cinco horas y media, no la pudieron destruir. La potencia del filme sigue porque el genio detrás, Eric von Stroheim, está siempre presente”. Con esto, el investigador hizo referencia a las nueve horas que duraba originalmente el filme pero que, por decisiones de los productores de la época, debió ser reducida.
Por su parte, el director de Vinculación Artístico Cultural de la PUCV, Bernardo Zamora, destacó por una parte “la delicada y detallada composición, que potencia el carácter dramático de la película. Y por otro, el trabajo de la Orquesta de Cámara PUCV, que se preparó para transformar esta jornada en una experiencia inolvidable”.
Enrique Reyes, académico del Instituto de Música de la Universidad, destacó la constancia y arrojo del joven compositor y estudiante Andrés Barros, al asumir el desafío de musicalizar una obra tan bella como compleja en apenas dos meses.
“Lo que hemos vivido es algo realmente único. Esta proyección constituye un hito para la región y el mundo cultural, porque conecta un clásico imperdible del cine, de una cruda belleza y profundo estudio de la naturaleza humana, con nuestras generaciones de músicos y compositores, separados por nada más ni nada menos que cien años”, observó Verónica Muñoz, encargada de la Cineteca PUCV.
PRESENCIA PUCV
Esta versión del Festival tuvo muchos otros momentos memorables para nuestra Universidad, que dan cuenta del compromiso con la cultura y las distintas aristas en las que tuvo participación. Uno de esos momentos fue la noche inaugural, en la que se reestrenó “La gota escarlata” (1918) del maestro norteamericano John Ford. La obra se había dado por perdida, pero parte de su metraje fue encontrado en Chile, y la ahora alumni (ex alumna) Carla Díaz fue la encargada de musicalizar la proyección por más de 40 minutos, con piezas al piano compuestas por ella misma.
Posteriormente se exhibió “Freaks”, de 1932, en su copia perteneciente al archivo fílmico de la Cineteca PUCV. Avanzando en la semana, nuevamente la pianista Carla Díaz tuvo por misión dar vida a la música de un filme, esta vez fue la película chilena silente “Tierra dorada”, de Elio Roncagliolo, restaurada en 2023 por la Cineteca Nacional.
Fue así como se llegó a la jornada de cierre de este festival que reúne a distintos actores del mundo cultural y educacional para rescatar y poner en valor el cine nacional e internacional, declarado patrimonio de la ciudad de Valparaíso y fundado en 1997 por el hijo ilustre de Valparaíso, Alfredo Barría.
Dirección de Vinculación Artístico Cultural PUCV