Con particular emoción se conmemoró en la Casa Central de la PUCV lo que fue el quiebre democrático de 1973 y lo difícil que fue recuperar la democracia, justo un 5 de octubre de 1988 cuando los chilenos y chilenas lograron retomar la tradición republicana a través de un voto emitido en una urna.
En el Salón de Honor se escuchó con particular sentimiento las melodías de clásicos que marcaron a una generación como fueron “Charagua” de Víctor Jara; “El Tiempo en las Bastillas” de Fernando Ubiergo, “Gracias a la vida” de Violeta Parra; “La voz de los 80” de Los Prisioneros y “Chile: la alegría ya viene”, las que fueron interpretadas por el conjunto Belstrings y coreadas con fuerza por los asistentes que llegaron al Salón de Honor y que en su mayoría vivieron esos complejos años.
En la oportunidad, se efectuó un acto de cierre de la temporada que organizó la Universidad para conmemorar los 50 años del golpe de Estado y del quiebre democrático que dividió al país y que durante los últimos meses contempló la realización de más de 20 actividades organizadas por académicos, funcionarios y estudiantes, entre conversatorios, conciertos, lanzamientos de libros y encuentros para dialogar sobre lo ocurrido.
El rector de la PUCV, Nelson Vásquez efectuó una reflexión sobre la importancia de sacar lecciones del pasado para proyectar el futuro.
“Creemos que como una institución que camina hacia el Centenario, teníamos que encontrarnos con nuestra historia reciente. Pensar los 100 años de la Universidad significa también abordar cada uno de los momentos simbólicos de esta institución. Esta actividad de cierre tiene como valor la democracia y la importancia de las instituciones republicanas. El 5 de octubre de 1988 permitió retornar a la democracia, a través de un lápiz y la voluntad de las personas. Ese día representó el regreso al autogobierno de la Universidad. Es un momento significativo para la PUCV y el país”, expresó.
ENTREGA DE MEDALLAS “CENTENARIO”
Un momento que fue particularmente emotivo correspondió a la entrega de diplomas póstumos a un grupo de tres estudiantes que no pudieron terminar sus estudios en la Universidad y que murieron por razones políticas. Ellos fueron Alfredo García Vega de Trabajo Social; Luis Muñoz Rodríguez de Historia; y María Teresa Eltit de Castellano.
Posteriormente, el rector Vásquez y el Vice Gran Canciller, padre Cristian Eichin, otorgaron por vez primera las medallas “Centenario” a ex autoridades de la Universidad que ocuparon un rol central en la recuperación de la democracia en la PUCV, entre ellos a los ex rectores Raúl Allard, Bernardo Donoso y Alfonso Muga, junto con los profesores Gabriel Yany, Andrés Illanes y Jorge Negrete. Por razones de salud, no pudieron asistir los académicos Claudio Elórtegui y Reinhard Zorn.
El profesor Negrete, recordó lo emocionante que fue recuperar la democracia a fines de 1988 y lo que vino después para Chile. “El acto de hoy es muy valioso porque reconoce a una parte importante de los actores de la época que fueron construyendo los mecanismos y el aprendizaje para conseguir la democracia y también para cuidarla. En los años 80, me tocó jugar un rol en la Dirección de Asuntos Estudiantiles, precisamente en el área de actividades extracurriculares donde creamos espacios de esperanza para construir un país mejor”, recordó.
RECONOCIMIENTO A EX DIRIGENTES ESTUDIANTILES
En la ceremonia, también se reconoció la labor de ex dirigentes de la Federación de Estudiantes de la Universidad, entre ellos a Manuel Tobar, Patricio González, René Lues, Patricio Varas, Mylene Muñoz y Marcel Thezá.
Manuel Tobar fue el primer presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad luego de la dictadura y se refirió a cómo lo marcó este periodo en su vida como estudiante y profesional.
“Ser presidente de la Federación en 1983, marcó mi vida porque en ese tiempo había muchas dificultades, un régimen dictatorial que reprimía las libertades y el ejercicio de la autonomía en la Universidad. Nosotros que éramos católicos tuvimos que enfrentar esta situación a través de lo que llamamos la no violencia activa. Lideramos un movimiento con base en el humanismo cristiano y también buscamos la unidad con todos los sectores, de manera tal que confluimos en un movimiento y triunfamos en la Católica de Valparaíso”, señaló.
En la ceremonia también se ofreció un reconocimiento a los funcionarios que vivieron esos años, el que fue recibido por el presidente del sindicato N°1, Osvaldo León y la presidenta del sindicato Alberto Hurtado, Lorena Yáñez.
Luis Cisternas trabajaba en la Universidad en 1973 y fue el encargado de recordar lo que se vivió en esa década, reflexionando sobre los aprendizajes que este periodo deja a las futuras generaciones.
“Hay que tener una mente abierta para conversar con todas y todas, no juntarse siempre con los que piensan igual porque uno termina galvanizando sus propias opiniones, sin darle una oportunidad a otras miradas. En el mundo del trabajo existen personas distintas y ese pensamiento diverso debe ser contemplado en el presente y el futuro para no repetir pensamientos hegemónicos y destructivos, que no permiten generar un espacio de diálogo y de confianza”, advirtió.
La profesora de la Escuela de Periodismo, María Eugenia Moreno, fue la encargada de comentar el libro realizado a través de Ediciones Universitarias de Valparaíso “La PUCV mira a Chile en el 73: entrevistas a las principales autoridades de la Nación antes del quiebre democráctico”, documento inédito que fue un encargo del Senado Académico de ese periodo y que fue guardado por el ex rector Raúl Allard, donde se incluyen testimonios de importantes personalidades de la época, entre ellas Eduardo Frei Montalva, Patricio Aylwin, Sergio Onofre Jarpa, el cardenal Raúl Silva Henríquez y otros.
“El texto da cuenta de una universidad muy presente en el país. Los políticos de entonces consideraban a la PUCV como parte importante de la sociedad. Por otro lado, se percibía un quiebre profundo en el país en junio de 1973. Diversas autoridades respondieron las preguntas y la Universidad era muy considerada (…) No es lo mismo recurrir a un pasado para que te cuenten lo ocurrido. La importancia de este legado se encuentra en el texto, allí están las fuerzas que vivieron esa época”, concluyó.
El texto puede descargarse en el siguiente link.
Por Juan Paulo Roldán
Dirección de Comunicaciones Estratégicas