01.07.2016
La Guerra Civil Española (1936-1939) comenzó cuando una parte del ejército español asentado en Marruecos, con algunos de los militares más influyentes del ejército español, dirigido por el general Francisco Franco, se levantó contra el gobierno republicano democráticamente elegido, presidido por Manuel Azaña. Las lealtades no siempre estuvieron claras durante este conflicto, especialmente en las filas de la izquierda (también conocida como el bando Leal y el bando Republicano), que estaban compuestas no solo por obreros, campesinos y sindicatos, sino también por el gobierno español y grupos armados de socialistas, comunistas y anarquistas.
La derecha (también conocida como el bando Nacionalista) tenía el apoyo de las facciones rebeldes del ejército, la oligarquía industrial, los terratenientes, la burguesía y la Iglesia Católica. Por diversas y contradictorias razones, los republicanos recibieron el apoyo de la Unión Soviética y las democracias europeas, mientras que los nacionalistas estaban armados y equipados por los gobiernos fascistas de Alemania e Italia.
“La Guerra Civil Española ocupó un lugar preferente, lo que ha llevado que este fenómeno sea estudiado desde diversas perspectivas: análisis de tipo ideológico-político o socioeconómico, desde el punto de vista de la historia interna, de las relaciones internacionales, como también desde la óptica cultural. Las naciones latinoamericanas también se vieron afectadas por el conflicto, ya que cientos de españoles arribaron a las costas latinoamericanas buscando un lugar donde rehacer sus vidas en el exilio”, señaló José Marín Riveros, decano de la Facultad de Filosofía y Educación, en su discurso que inauguró este seminario.
En la oportunidad, Claudio Llanos, profesor del Instituto de Historia, estuvo a cargo de exponer el contexto histórico de esta contienda en su ponencia titulada “Órdenes e Ideologías: La Revolución y la Guerra Civil Española”.
“La década del 30 es una época de extremos y crecientes discusiones nacionalistas radicales, donde la modernidad capitalista en Europa experimenta una fuerte contracción. Es el efecto de la crisis del 29, ligado al desarrollo del capitalismo y a la Primera Guerra Mundial. Asimismo, se observa una cultura de la violencia, que aumentó progresivamente y que se instaló para quedarse por un tiempo”, indicó Llanos.
El académico agregó que en esta década se aprecia el desarrollo del régimen socialista, que hizo temblar las certezas de las elites europeas y occidentales. “En esta época el proceso de modernización de España tiene un fuerte problema, ya que experimenta un retraso en relación al desarrollo de las nuevas potencias. Recordemos que cayó el Imperio, que fue progresivamente desplazado, y que a finales del siglo XIX perdió sus colonias, por lo menos en lo que es su administración directa”, precisó.
En occidente el ascenso del fascismo va a ser un enemigo radical del liberalismo, de su discurso y formas democráticas. “A inicios de la década del 30 el rey abandona España y en 1931 se establece la Constitución. Comienza la segunda República que tiene como característica por lo menos tres momentos: una etapa de reformas sociales y políticas, entre ellas la separación de la Iglesia y el Estado, una colaboración entre socialistas y republicanos; un segundo momento que se puede decir conservador dentro de la República y una tercera instancia que es el despliegue de la Guerra Civil”, concluyó el profesor Claudio Llanos.
PICASSO Y EL GUERNICA
“Guernica” es un famoso cuadro del pintor español Pablo Picasso, realizado entre los meses de mayo y junio de 1937, cuyo título alude al bombardeo de la localidad de Guernica, ocurrido el 26 de abril de dicho año, durante la Guerra Civil Española.
Sobre esta obra cubista expuso el doctor español José Moráis, académico del Instituto de Historia. “Picasso llevaba muchos años viviendo en Paris y parecía ajeno a lo que ocurría en España. De hecho, la corriente republicana no fue afín en un principio a su obra pictórica y tampoco gozaba entre los intelectuales españoles de un gran aprecio. Tuvo malas relaciones con algunos políticos y representantes institucionales, quienes rechazaron en un momento determinado su obra, pero su prestigio fue decisivo cuando recibió en Paris un importante encargo: en enero de 1937 España le solicitó una pintura que apoyara la causa republicana. En un principio, se negó a realizar este encargo, ya que no quería hacer un mural de grandes dimensiones y el tema además no le interesaba. No obstante, en esa época se le nombró director del Museo del Prado, cargo que no se llevó a efecto, pero la propuesta le agradó. Entre el 18 y 19 de abril realizó una serie de bocetos, sin embargo, será a partir del bombardeo de Guernica que le llegó la inspiración”, comentó el académico.
A partir del 1 de mayo de 1937 el artista comenzó una tarea frenética de creación de bocetos y esbozos muy bien pensados, sobre lo que sería la composición del cuadro, obra que cuenta con múltiples interpretaciones y posibles influencias de otros grandes maestros de la pintura, de acuerdo al estudio y análisis que se ha efectuado sobre el lienzo.
“El Guernica es una obra de arte universal, representante de la gran historia del arte, que transita por todos los periodos. Es universal porque no se incluye ningún elemento que haga alusión a lo sucedido en Guernica o en la Guerra Civil Española”, precisó el profesor.
POESÍA, NOVELA Y PROPAGANDA
“Luis Cernuda, el ruiseñor sobre la piedra” se tituló la exposición del poeta Sergio Madrid, profesor del Instituto de Arte de nuestra Casa de Estudios. Cernuda fue uno de los poetas fundamentales de la Generación del 27. Nació en Sevilla y durante la Guerra Civil Española comenzó su exilio en Estados Unidos donde trabajó como docente.
“El Ruiseñor sobre la piedra es el último poema de su libro Las Nubes. Para Cernuda el ruiseñor sobre la piedra es el Escorial, símbolo en esa época de una España muerta por lo que sucedía”, precisó Madrid.
Otras exposiciones del encuentro fueron las siguientes: “Visión de la muerte en la poesía de José Luis Hidalgo” del académico Rómulo Hidalgo (PUCV); “Los intelectuales franceses y la guerra de España: L'Espoir de André Malraux”, presentación de Tatiana Calderón (PUCV); “La función política de la memoria. La guerra civil y el franquismo en la obra de Isaac Rosa” por el profesor Joaquín Castillo Vial (Universidad de Los Andes); “La Guerra Civil Española: Ideología, Internacionalismo y Propaganda”: Audición, presentación y comentario de piezas musicales y afiches” dictada por Eduardo Araya (Instituto de Historia PUCV); “La poesía hispanoamericana en la encrucijada de la Guerra Civil Española. Cesar Vallejo y Octavio Paz” expuesta por Ismael Gavilán (Universidad Viña del Mar), y “Pablo Neruda y España: por una poesía sin pureza” de Claudio Guerrero, académico PUCV.
Por Natalia Cabrera Vásquez
Facultad de Filosofía y Educación