Antonella Henríquez es una joven de 24 años que por estos días se prepara para defender su tesis de licenciatura en Bioquímica en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Su trabajo final se basa en una creación que podría hacer girar en 180 grados el mundo de los parches curativos.
Y es que Antonella, junto a un equipo que forma con otros cuatro compañeros -Camila Núñez, Alanath Posada, Gabriela Pérez y Javiera Galaz- y el profesor guía Nelson Osses, todos del Instituto de Química, hace años que trabaja en un producto llamado Keragelax, un parche inteligente que promueve la rápida cicatrización de la gran mayoría de las heridas cutáneas. “Keragelax es un parche de gel inteligente que promueve la curación rápida y efectiva de una herida”, señaló Antonella Henríquez.
La idea nació como proyecto del ramo Fisiología Celular y la misión era crear un parche que sirviera para heridas y quemaduras. Posteriormente, la propuesta fue escalando y ahora es parte de la preincubadora de proyectos The Lift, perteneciente a la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y que busca potenciar la innovación y el emprendimiento bajo el alero del programa Ingeniería 2030.
En cuanto a la tecnología que se ocupa en los “parches inteligentes”, su creadora señaló que “Keragelax contiene una molécula que se modifica químicamente en el Laboratorio de Química Orgánica de la PUCV. La molécula modificada tiene como objetivo que el parche cambie de color dependiendo del ph de la herida. Éstas tienen su propio ph y en relación a éste es el color que tendrá el parche: si está rojo es porque la herida está más fresca, mientras que si se torna amarillo, va en proceso de sanación”.
Además, el parche cuenta con la proteína Keratina, lo que promueve la cicatrización y también posee nanopartículas de cobre que inhiben el crecimiento bacteriano al interior de una herida. "La idea es que sea un aporte para las personas que padecen de algún tipo de lesión. Idealmente, nos gustaría desarrollar un producto para aquellas que son crónicas”, detalló la estudiante.
Por el momento, los investigadores a cargo de Keragelax dicen no tener techo con su invento y pretenden en algún futuro posicionar el producto en las farmacias de todo Chile. “La idea es que si alguien tiene cualquier tipo de herida pueda ocupar el parche inteligente y lo pueda encontrar en cualquier farmacia del país. El producto podría llegar a miles de personas debido a su versatilidad, ya que puede ser aplicado tanto para heridas pequeñas como para grandes”, señaló Antonella Henríquez.
Actualmente, el parche inteligente está en las etapas finales de fabricación y pruebas. “Hacer un parche nos toma aproximadamente entre dos a tres días, ya que primero se mezclan los componentes para la polimerización del hidrogel y sus respectivos lavados, lo que es necesario para la hidratación y óptimo funcionamiento del parche. Posteriormente, se agregan las nanopartículas y el parche estaría listo”, puntualizó la estudiante de la PUCV.
El parche inteligente, que según estimaciones duraría 48 horas en la piel, debe ser validado aún por el Instituto de Salud Pública, no sin antes pasar por ensayos preclínicos y clínicos. Los jóvenes creadores de Keragelax aprovechan este tiempo para desarrollar aún más su idea de negocio y ver diversas posibilidades de financiamiento.
Para Katherine Westerhout, coordinadora de la preincubadora de Lift perteneciente a la PUCV y parte del programa ingeniería 2030, “Keragelax nace con un grupo muy motivado y comprometido de estudiantes que desarrollaron la idea dentro de un curso y la impulsan dentro del concurso de emprendimiento Lift Me Up. Todo esto es lo que les ha permitido seguir avanzando dentro y fuera del ecosistema de innovación y emprendimiento”.
Por Sebastián Paredes
Dirección de Comunicación Estratégica