04.05.2016
Hasta el Salón de Honor de Casa Central llegaron directivos y profesores de las distintas unidades académicas de la Universidad para participar en el Seminario Internacional “Cómo gestionar el cambio e innovación en la formación de pregrado”, encuentro que fue organizado por la Vicerrectoría Académica de la PUCV a través de su Unidad de Mejoramiento de la Docencia Universitaria (UMDU).
En la ocasión, se trataron temáticas relacionadas con las políticas institucionales en la gestión y la docencia del pregrado, la innovación docente, la formación fundamental, la formación b-learning y los nuevos criterios en la acreditación de carreras, a través de conferencias y rondas de preguntas.
La encargada de realizar la conferencia inaugural fue la Doctora en Psicología y ex pro-rectora de la Universidad Estatal de San Diego (EE.UU.), Dra. Nancy Marlin, quien realizó la ponencia sobre innovación y cambio en el siglo XXI titulada “Vino viejo en botellas nuevas: los valores tradicionales se manifiestan en las actuales tendencias de pregrado”.
Al respecto, el vicerrector Académico de la PUCV, Nelson Vásquez, efectuó las palabras de bienvenida y recordó que en el pasado proceso de acreditación institucional, se vio que nuestra universidad tiene numerosas fortalezas, las que se plasmaron en avances significativos en el diseño curricular, la elaboración de los planes de estudio y la preparación de un currículum basado en competencias.
“Para nosotros como Vicerrectoría Académica es muy relevante que ustedes que están en las distintas unidades de la PUCV, gestionando los programas de pregrado, se encuentren en conocimiento de estos desarrollos actuales y futuros (…) La experiencia y la mirada internacional es valiosa para la PUCV, nos permite fortalecer los distintos énfasis en las metas de la internacionalización de nuestros programas de pregrado”, precisó.
UNA MIRADA AL SISTEMA NORTEAMERICANO
Nancy Marlin fue pro-rectora durante 18 años en su universidad, siendo la primera mujer en ostentar ese cargo. Ha sido reconocida a nivel internacional por sus labores administrativas en el ámbito de la educación superior, obteniendo el Malone Award for International Education en 2003.
La experta comenzó haciendo un recorrido por el sistema de educación superior norteamericano donde el 75% de los alumnos se forma en alguna institución pública en un contexto donde las universidades cuentan con una reconocida tradición. En efecto, la primera institución Harvard fue fundada en 1636 en un periodo donde sus estudios se enfocaban en la teología, la formación de ministros y se basaba en el modelo inglés.
“Durante los últimos 150 años se ha expandido el modelo educativo y se ha realizado un cruce con la experiencia alemana de la universidad que investiga. A pesar de que se aumentó el acceso a la educación superior, se mantuvo la tendencia de acoger a hombres blancos. Recién después de la Segunda Guerra Mundial, se acogió a los veteranos de guerra que llegaron a ocupar un 49% de la matrícula”.
Sobre las tendencias actuales, la experta agregó que en Estados Unidos no existe un ministerio de educación a nivel central y la acreditación de las universidades se basa en un conjunto de docentes y no en una institución gubernamental. En ese sentido, la acreditación se relaciona con alcanzar ciertos estándares profesionales. Una de las preocupaciones que existe es favorecer el acceso o igualdad de oportunidades, donde todo alumno calificado debería acceder a estudiar, además de incorporar a minorías étnicas, personas con capacidades especiales y alumnos con pocos recursos.
“Sin embargo, el acceso a la educación superior en Estados Unidos está lejos de ser el ideal. Muchos alumnos desertan por el alto costo de las universidades. EE.UU. es el primer país de la OCDE donde las familias enfrentan los mayores costos para que sus hijos estudien”, complementó.
Durante 2012, en el país del norte, el 40% de los licenciados eran blancos, un 23% correspondía a la etnia de color y sólo un 15% eran latinos. De acuerdo a Marlin, el 70% de los alumnos pertenece al quintil más alto y sólo un 4% a los quintiles más bajos. “Ha aumentado la deuda estudiantil y la cantidad de horas de trabajo de los alumnos que trabajan. En ocasiones, los graduados no tienen herramientas efectivas para el trabajo como profesionales, presentan falencias en la comunicación oral y las posibilidades de trabajar en equipo”, lamentó.
APOYAR A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO PARA EVITAR LA DESERCIÓN
Un aspecto que han abordado en EE.UU. para evitar la deserción de los alumnos de primer año se relaciona con complementar las clases presenciales con el uso de tecnologías y mejorar los programas de orientación para los estudiantes, atendiendo inquietudes vocaciones y modificando los horarios de los cursos optativos para que varios puedan ser tomados simultáneamente.
“Los estudiantes que no tenían buen desempeño académico no ocupaban los cursos de nivelación que ofrecía la universidad, por lo tanto se optó por ofrecer algunos de carácter obligatorio. Nos dimos cuenta que la docencia en esta fase es esencial para los alumnos. Un buen profesor debe hacer cambios en su forma de enseñar e incorporar la tecnología a la sala de clases, complementando la experiencia del cara a cara”, precisó.
Posteriormente, el vicerrector Académico expuso sobre la política institucional en la gestión de pregrado de la PUCV donde 3.571 estudiantes se encuentran en primer año, un 40% de los nuevos matriculados llega de otras regiones y un 78% proviene de un colegio municipal o particular subvencionado.
“Como desafíos en el plan de desarrollo institucional incluimos la importancia de fortalecer el sello valórico junto a las habilidades blandas y la formación fundamental; asegurar la calidad y efectividad de los procesos formativos; y asegurar una oferta académica con identidad institucional y al servicio de la sociedad”, concluyó.
Por Juan Paulo Roldán
Dirección General de Vinculación con el Medio