08.05.2020
Con ocasión de la situación compleja que se vive como humanidad por la pandemia de enfermedad por coronavirus, la Universidad LiberQuaré inició una serie de encuentros, a través de videoconferencias, con académicos de diversos países de Iberoamérica, cuyo objetivo es aportar razonamientos y criterios para orientar a las familias en estos tiempos difíciles.
Desde Chile han sido invitados Mauricio Echeverría, director del Instituto de Estudios para la Familia de la Universidad San Sebastián; Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile; y Juan Pablo Faúndez, director del Programa de Ciencias para la Familia de la Facultad Eclesiástica de Teología PUCV.
Durante su exposición ofrecida el 1 de mayo, el profesor Faúndez planteó la incorporación del neologismo “Familética”, con el cual propone aportar a la reflexión de la ética fundamental y práctica, entendiendo aquella disciplina como una nueva rama de estudio teórico-práctico y de investigación que debiese tener un estatuto epistemológico particular dentro de las éticas aplicadas.
Dada su propuesta, en la videoconferencia presentó el significado del término, adelantó parte de sus alcances, y en qué sentido se plantea como una línea original en el estudio de la familia.
¿Qué es la Familética?
“Familética es un concepto que sintetiza, por una parte, la aproximación de análisis ético que comprende a la familia, realidad que puede ser abordada desde una ética fundamental que se hace cargo de los elementos teóricos de base de la disciplina (Familética fundamental), y de las aplicaciones prácticas que se pueden extraer desde la misma para proponer orientaciones y resolver casos problemáticos que pueden enfrentar las familias ante situaciones concretas (Familética práctica). De este modo, defino Familética como una disciplina filosófica, abierta al diálogo interdisciplinar (con la sociología, la educación, el derecho, etc.), que tiene por objeto llevar a cabo una reflexión propositiva diacrónica y sincrónica sobre la moral (entendida como conjunto de hábitos o costumbres) en vistas al perfeccionamiento del talante (o carácter) personal del ser humano en sus interrelaciones familiares (ad intra y ad extra)”, explicó el académico.
Para el profesor se trata de un término complejo que se concreta en un análisis interdisciplinar en torno al estudio evolutivo de la realidad familiar (perspectiva diacrónica), pero que al mismo tiempo la trata comparativamente en su estado actual (perspectiva sincrónica), comparando cómo los modelos éticos han influido e influyen en su vivencia.
Por Natalia Cabrera
Facultad Eclesiástica de Teología