11.12.2020
“La Constitución Dogmática Lumen Gentium, fue promulgada el 21 de noviembre de 1964, con 2.153 votos a favor y 5 negativos. Esta Constitución, que hoy se le considera como la Carta Magna del Concilio Vaticano II, no estuvo exenta de acaloradas discusiones entre los Padres Conciliares, en especial en lo que respecta a la Mariología y en el tema que nos ocupa, ya que la restauración del diaconado permanente no era evaluada igual por Padres conciliares europeos y los de otros continentes como África y América Latina”, señaló el Dr. Juan Daniel Escobar, académico de la Facultad Eclesiástica de Teología PUCV.
Fray José Gabriel Mesa Angulo O.P., Rector de la Universidad Santo Tomás de Colombia, investigó sobre esta materia en su tesis doctoral en Teología de la Pontificia Universidad Javeriana. El profesor Escobar fue jurado en este examen de grado y el estudio fue publicado en el libro “Diaconado: Orden y Ministerio. Prospectiva Teológica desde Lumen Gentium 29”.
“El texto de Fray José Gabriel Mesa Angulo O.P., propone repensar un camino investigativo para el ministerio ordenado del diácono, pasado más de medio siglo del Concilio Vaticano II”, explicó Escobar en la presentación que escribió en este libro.
Para el académico el recorrido histórico de la evolución doctrinal que presenta el autor es muy importante para entender los problemas actuales en torno al diaconado permanente, incluso al diaconado femenino.
“Podemos decir, que trabajar el diaconado permanente desde América Latina, es un aporte a la Iglesia universal, ya que otros continentes, no han experimentado las luces y sombras de más de 50 años de la restitución de este servicio”, comentó el doctor.
El Prólogo de este libro está escrito por el actual Presidente de Colombia, Iván Duque Márquez.
PANORAMA DEL DIACONADO
La Lumen Gentium hoy es considerada como punto de convergencia de repetidos esfuerzos renovadores de la Eclesiología. Debe ser vista como el inicio de nuevas tentativas de replantear numerosos problemas eclesiológicos que por diversas circunstancias no fueron tratados en el Concilio Vaticano II.
En el último tiempo el diaconado permanente ha crecido, en el año 2010 encontrábamos: 39.564 en la Iglesia Universal (Agencia Fides). El año pasado había 46.894 (Word Press), y los continentes que registran mayor número son: Las Américas y Europa (Anuario Pontificio 2017).
Escobar informó que, desde la restauración del diaconado permanente hasta ahora, en América Latina y El Caribe, ha habido “luces y sombras”, las cuales se pueden resumir de la siguiente manera: “las principales luces son el trabajo de los diáconos en comunión con los Obispos; la disponibilidad de servicio; los procesos de formación bien definidos y el apoyo de las Conferencias Episcopales. Sin embargo, existen sombras bastantes preocupantes: se constata que los diáconos permanentes se quedan solo en el ministerio de la liturgia y los sacramentos”. Asimismo, hay diócesis que han suspendido o cerrados las escuelas donde se forman los diáconos permanentes. Se encuentra una indiferencia o falta de apoyo de algunos presbíteros.
“El autor de este libro, es desde hace bastante tiempo, un apasionado estudioso del diaconado permanente en la Iglesia Católica Romana. Ha sido colaborador en múltiples procesos formativos sobre este ministerio en toda Latinoamérica. También impulsó encuentros continentales sobre el diaconado y con el Centro Internacional del Diaconado, por lo que se puede denominar, sin lugar a dudas, una autoridad en el tema. Su libro será de mucha utilidad para quien quiera estudiar y profundizar en la sustancia del diácono y su correspondiente ministerio”, concluyó el profesor.
Por Natalia Cabrera Vásquez
Facultad Eclesiástica de Teología