02.12.2017
“La reunión de ministros de Comercio en la Cumbre APEC 2004 se hizo en Pucón", recuerda sin asomo de duda el abogado y doctor en Ciencia Política Manfred Wilheliny, director ejecutivo del Centro de Estudios Avanzados y Extensión (CEA) de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, quien durante más de dos décadas, hasta 2016, ocupó el mismo cargo en la Fundación Chilena del Pacífico (FChP), de la que hoy es consejero honorario.
Con ello demuestra que la descentralización de las actividades de la próxima reunión del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico, a efectuarse en Chile en 2019, no es una apuesta nueva ni mucho menos imposible, y que una adecuada coordinación público-privada de voluntades, esfuerzos y compromisos puede inclinar la balanza en favor de las aspiraciones de Valparaíso.
Testigo de primera línea del posicionamiento de Chile en APEC desde comienzos de los años 90, proceso en que a la FChP le correspondió un rol protagónico, el también docente del curso especializado de Asia Pacífico en el Magíster en Relaciones Internacionales del Centro de Estudios y Asistencia Legislativa de la PUCV relata aquí los pasos que dio el país en esa ruta y el invaluable aprendizaje que ahora llama a aprovechar al cien por ciento.
EL MILAGRO ASIÁTICO
¿En esa época se visualizaba ya el liderazgo económico y político que tendría Asia Pacífico?
Eso ya estaba visible y en el gobierno había plena conciencia. En 1995 el Banco Mundial publicó su famoso libro sobre el milagro del Este Asiático, de modo que el tema estaba presente entre analistas y actores involucrados.
¿Pero esa percepción era compartida por los principales actores políticos y económicos o se circunscribía más bien a los círculos de carácter académico y estratégico?
En el gobierno estaba claro aunque no para toda la clase política, donde aún había personas, aunque cada vez menos, que encontraban que esto de Asia era un poco raro que estaba un poco lejos, que no era tan importante. Pero en el sector político la conciencia fue incrementándose y generando más reacción favorable en el gobierno, en el Congreso en los medios de comunicación. Los empresarios se habían dado cuenta hacía rato.
¿Cree que Chile asumió oportuna o tardíamente el rol que le correspondía como integrante del foro en su condición de país ribereño?
Como país llegamos a tiempo a este proceso tan dinámico. Otra cosa es que hayamos estado perfectamente preparados pero en términos de conciencia, sí lo estábamos.
¿Qué faltaba?
Todavía los niveles de información eran insuficientes, los costos de relacionarnos con el otro lado del Pacifico eran muy altos, no habíamos organizado ninguna reunión de importancia con los asiáticos. O sea, estábamos partiendo, pero había una conciencia de la tarea.
MISIÓN BOENINGER
Dada la proyección natural del país hacia el Asia Pacífico, que ya en la segunda mitad de los años 80 se traducía en elementos como el despegue de las exportaciones nacionales hacia esas economías, en 1990 Chile ingresó al Consejo de Cooperación Económica del Pacífico (PECC por su sigla en inglés) y cuatro años más tarde se hizo miembro de APEC.
"La iniciativa para establecer la FChP procedió del canciller del gobierno de Eduardo Frei Ruiz- Tagle, Carlos Figueroa. Tenía por objeto reunir bajo una entidad sin fines de lucro a personeros de gobierno y del sector privado, con ayuda de los análisis del rnun do académico, para avanzar en una política de Estado hacia Asia Pacífico", explica Manfred Wilhelmy.
“Figueroa llamó a Edgardo Boeninger, que había salido de la Segpres en gloria y majestad, había sido consultor del Banco Mundial y observado de cerca los procesos de desarrollo en Asia, y le preguntó si estaba dispuesto a crear una entidad para apoyar esta gran tarea. Y Boeninger, con ese gran sentido de servicio público que tenía, inmediatamente aceptó y yo tuve el honor de ser llamado por él", agrega.
¿Por qué lo convocó a usted?
Porque en 1990 había comenzado con algunos amigos un proyecto internacional sobre el tema Chile, América Latina y el Sudeste Asiático. Teníamos actividades y publicaciones, entonces él escuchó hablar de esto y me ofreció ayudarle. De esa forma organizamos la Fundación que comenzó a diseñar y ejecutar programas en 1995. En septiembre de ese año, en Beijing, Boeninger fue elegido presidente internacional de la PECC con el compromiso de organizar en Chile una reunión general de esta organización que se realizó en el segundo semestre de 1997.
PECC XII
En América Latina, rememora el experto, nunca se había hecho una reunión del Asia Pacífico más grande y más importante que ese encuentro que tuvo lugar en el mes de octubre de aquel año.
"Vinieron 1.100 delegados de toda esa región, tanto de la ribera asiática como de la americana; europeos, latinoamericanos que no eran del Pacífico. Bajo el paraguas de la reunión que se llamó PECCXII, instalamos un encuentro del Consejo Empresarial de la APEC, que sesionaba cuatro veces al año lo combinamos con otro del Comité Empresarial Chile-Japón e hicimos además una reunión académica", comenta.
Asimismo, considerando que ese año se había concretado el traspaso de Hong Kong a la República Popular China "realizamos un panel especial sobre realidad y perspectivas de Hong Kong. Inventamos un montón de cosas para hacer una reunión realmente magna. Realmente metimos bulla. Eso nos dio los contactos, los conocimientos, la base para poder hacer la Cumbre APEC 2004".
APEC 2019
¿Qué alcances tiene la realización de la cumbre APEC en Chile en 2019?
La agenda de APEC es la mitad del interés. La otra mitad son las oportunidades de encuentro. El hecho de tener acá a todos esos líderes, ministros de Relaciones Exteriores, de Comercio o Finanzas de la región a los responsables de las pymes, en fin. Eso es de extraordinario interés, no sólo por la agenda misma de la APEC, sino por todos los temas que se puede conversar al margen de las reuniones. Traer en 2019 a los personeros más importantes del sector privado del Asia Pacífico a Chile y tener una reunión empresarial de primer nivel, significa enormes oportunidades para el país. El aprendizaje que hicimos con la serie de reuniones de 2004, donde Chile lo hizo muy bien, es cien por ciento aprovechable.
¿Le parece adecuado el enfoque descentralizador que le está imprimiendo la Cancillería a organización del evento, con parte de sus actividades fuera de Santiago?
¡Pero por supuesto! Creo que es algo muy favorable y positivo. Ahora, hay algunas cosas en que la ventaja de Santiago es demasiado glande. Hacer la cumbre Hiera de la capital diría que logísticamente es muy difícil, por no decir imposible. Pero hay muchas reuniones importantes que se pueden perfectamente hacer en regiones. Antofagasta, lquique, Arica en alguna medida o la Cuarta Región; Valparaíso y Viña del Mar, de todas maneras. La Octava Región también tiene toda la capacidad para concentrar algunas reuniones importantes; Valdivia, Puerto Montt, Punta Arenas ¿por qué no?
¿Hay limitaciones logísticas?
Siempre la logística es compleja, hay costos, traslado de personal y equipos, eso encarece. Hay limitaciones de tipo económico, pero por supuesto un hito así sirve para que el país entero tome más conciencia. También hay una dimensión de seguridad que se debe cuidar mucho. Yo diría que es más fácil asignar a regiones las reuniones técnicas. Las que son de un nivel político más alto son un poco más difíciles de sacar de Santiago, pero se ha hecho. La de ministros responsables de Comercio en 2004 se hizo en Pucón y resultó bastante bien.
REGIÓN DE VALPARAÍSO
La Región de Valparaíso está en campaña por captar algunas de las actividades APEC. ¿Qué problemas debería resolver a su juicio para lograrlo?
Creo que la logística en Valparaíso no debería ofrecer ningún problema. Tenemos capacidad hotelera. Las reuniones de más alto nivel exigen hotelería de cinco estrellas, que en la región existe y en 2019 habrá nuevos hoteles en funcionamiento. En 2004 hicimos la reunión académica de la APEC con la colaboración de la PUCV. Partió en un aula de la Facultad de Ingeniería y después las reuniones se hicieron, durante dos días y medio, en el Conference Town de Reñaca, estupendo, ningún problema. Entre universidades e instituciones como la Armada, que tiene una gran capacidad para acoger actividades, la región tiene muy buenas perspectivas.
¿Sería una de las fortalezas para conseguir un rol protagónico en el año APEC 2019?
Creo que la Región de Valparaíso está muy bien posicionada. Incluso los traslados desde el aeropuerto son muy rápidos. En Tokio la distancia entre el aeropuerto y la ciudad es muy parecida a la que existe entre Pudahuel y Valparaíso o Viña del Mar.
¿Hacia dónde deberían confluir los esfuerzos de distintos sectores de la actividad regional interesados en captar algunas de estas actividades?
Depende de las decisiones que tome el gobierno respecto de qué actividades podrían tener lugar en la región, pero hay entidades empresariales turísticas, académicas. El ideal es que trabajen juntas.
Por Rosa Zamora
El Mercurio de Valparaíso