Potenciar la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación (CTCi) en los territorios se ha convertido en un desafío urgente, especialmente al vivir una pandemia y enfrentar grandes problemáticas mundiales, como el calentamiento global y la escasez hídrica.
En ese escenario, es fundamental el trabajo que estamos realizando en Chile los cinco nodos macrozonales para acelerar el impacto territorial de la CTCi, con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID). Desde el Nodo CIV-VAL, conformado por ocho universidades y centros de investigación de las regiones de Valparaíso y Coquimbo (PUCV, UV, USM, UCN, ULS, CREAS, CEAZA y CINV), hemos trabajado con el propósito de construir una hoja de ruta participativa, que busca codefinir una estrategia que nos oriente -a través de iniciativas piloto que implementaremos desde 2022a fortalecer y acelerar el impacto territorial de la CTCi en la Macrozona Centro.
Esto se ha logrado a través del trabajo colaborativo de investigadores/as, académicos/as y representantes del sector público, privado y la sociedad, quienes han participado en talleres y mesas temáticas para identificar capacidades, brechas y definir desafios en las áreas prioritarias: alimentos, biodiversidad y recursos hídricos.
Gracias a este trabajo mancomunado se ha logrado posicionar al Nodo CIV-VAL como un actor relevante, que tiene el desafío de transformarse en una entidad articuladora entre los distintos actores del ecosistema macrozonal para el desarrollo de la CTCi, especialmente con la ciudadanía y el sector productivo.
Por lo mismo, durante este primer año hemos establecido un diálogo honesto y participativo que ha permitido que los actores locales, en representación del territorio que habitan, propongan acciones para un desarrollo descentralizado de la ciencia y la tecnología.
Para enfrentar los desafios que se vienen en 2022, necesitamos seguir conociéndonos y establecer relaciones de confianza para generar capital social y establecer un sistema nacional de CTCi donde el ser humano sea el principal beneficiado. Esto significa un compromiso de todos los actores, con una visión común de pertenencia con el país, el territorio y las localidades. Estamos en un punto de inflexión frente al inicio de un nuevo período de gobierno y expectantes del trabajo de la Convención Constitucional.
Por lo mismo, desde el Nodo CIV-VAL continuaremos trabajando para relevar el rol de la ciencia en los territorios como un derecho para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, con el único sueño de contribuir a un mejor país y una sociedad más inclusiva.