12.04.2018
¿Cuál fue el descubrimiento de esta investigación?
El grupo liderado por el profesor Enrique Cordaro se encontraba trabajando en la medición del campo magnético de la tierra por una anomalía que ocurre en el sur del hemisferio. Al analizar los datos, se percataron de que en tres grandes terremotos (Sumatra 2004, Maule 2010 y Japón 2012), el campo magnético sufrió una brusca variación días antes y por lo tanto podría haber una relación, pero no alcanza para predecir eventos.
¿Estamos lejos de llegar a un método predictor?
Sí, actualmente el equipo está revisando los datos de los últimos terremotos ocurridos en nuestro país y van a observar si los estos mantienen la tendencia de una variación en el campo magnético terrestre en el mes previo al sismo. Otro dato que hay que considerar, es que esta relación se dio con tres terremotos que estaban por sobre los 8 grados de magnitud Richter, por lo que se podría repetir esta tendencia solo para sismos de estas características y no menores. Aun así, el estudio abre una nueva línea de investigación que podría ser muy importante en el futuro.
Entonces, ¿cuándo podríamos hablar de predicción?
Para uno como científico, realizar una predicción sería decir “este lunes, a las 9 horas, se producirá un terremoto 8.4°, con epicentro en un determinado lugar”, y eso, hasta el momento, no somos capaces de hacerlo. Si funciona este nuevo método, nos puede dar algo mucho más acotado y decir que a partir de hoy, en 30 días más, podría haber un terremoto en esta zona. Como falta más evidencia y estudios, es imposible hablar de predicción, pero sí entrega indicios de una relación medible entre una variación en el cambio magnético y los terremotos.
En la actualidad, cuando se habla de terremotos, siempre se dice que hay posibilidades de que ocurra uno en las zonas norte, centro o sur. Esta nueva línea presenta una oportunidad de investigación y la posibilidad de ser más específicos y acotados a un territorio determinado. Hay otros métodos que buscan predecir grandes sismos, como los satelitales que miden el desplazamiento de la corteza y, en función de ello, logran hacer una estimación para decir, por ejemplo, “en esta zona hay energía acumulada para que ocurra un terremoto grado 8”. Sin embargo, esa estimación es más general ya que puede ser en cualquier momento y en cualquier lugar de la placa, que tiene miles de kilómetros. Se hace necesario, entonces, tener estaciones de monitoreo no solo de sismos, sino tambien del campo magnetico local de la zona.
Por Miguel Gasson
Facultad de Ciencias