19.05.2020
Comunicamos a nuestra comunidad académica que el Padre Dios ha llamado a su seno al recordado creador de la carrera de Educación Diferencial del Instituto de Pedagogía, y profesor del Instituto de Ciencias Religiosas de la Facultad Eclesiástica de Teología de nuestra Universidad, Pablo Wiegand Garnham.
Nació el 16 de junio de 1939, hijo de Augusto Wiegand Frödden y María Cristina Garnham, compartiendo una bella vida de familia junto a cuatro hermanos. Contrajo matrimonio con la profesora Gilian Davies Compton, con quien tuvo cinco hijas: Diana Moira, Wendy, Jocelyn, Heidi Maureen y Alison Gail.
Fue un destacado alumno del Colegio de los Sagrados Corazones, Padres Franceses de Viña del Mar (SS.CC), donde posteriormente ejerciera como profesor, desde 1966, y rector entre los años 1983 y 1999, siendo el primer laico que condujera el establecimiento viñamarino, y uno de los primeros que ejerciera este rol en colegios de Iglesia. Durante los 16 años en los que se mantuvo a la cabeza del colegio, sin minimizar la llamada a la excelencia, incentivó en sus estudiantes una especial vocación por los pobres en el más genuino espíritu de la Doctrina Social de la Iglesia. Una de las frases del Concilio Vaticano II que proponía cotidianamente a sus alumnos era: “la persona vale más por lo que es que por lo que tiene”, inspirando con ello el talante de su vocación académica.
Desde el año 1976 dirigió el trabajo de creación de la Carrera de Educación Diferencial al interior de nuestra Universidad, coordinando a la comisión organizadora que respondiera a la solicitud expresa de las autoridades ministeriales de educación de la época, con la finalidad de satisfacer la necesidad de formación de profesionales de la educación que atendieran las dificultades de aprendizaje de los estudiantes. De este modo, la denominada “Comisión Ministerial N°18”, creada por el Gobierno para analizar la situación de la educación diferencial en Chile, motivó la expansión de la educación especial en el país, dando paso a la constitución de Centros de diagnóstico en todas las regiones, junto al fortalecimiento de las escuelas especiales, la creación de grupos diferenciales y el incremento de los procesos de formación de profesores en el área. A fines de ese año 1976, la comisión organizadora presentó a consideración de las autoridades de la Universidad el proyecto desarrollado, que fue aprobado por el Consejo Superior y por el Rector, emitiéndose el decreto de creación el 20 de abril de 1977. La carrera inició sus actividades académicas con la primera cohorte de alumnos en marzo de 1978, en la Escuela de Educación.
En nuestra institución, fue apreciado por su integridad a toda prueba, promoviendo especialmente los derechos y la promoción de las personas con discapacidad. Su disponibilidad para trabajar en equipo y de reconocer el saber y el conocimiento en quienes lo detentan, le hizo llamar a los mejores a trabajar junto con él en esta tarea fundacional que diera tantos frutos para la atención de personas especiales en la Región. Proyectando esta tarea de gestión docente, en 1980, junto a los académicos Álvaro Valenzuela Fuenzalida y Pedro Ahumada Acevedo, Pablo conformó el primer comité editorial de la Revista ‘Perspectiva Educacional’, publicado por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Asumiendo un rol de liderazgo en el contexto de la sociedad civil, y proyectando el trabajo académico más allá del aula, en 1986 creó y dirigió por largos años ASPADE (Asociación de Padres y Amigos de Personas con Discapacidad), labor en la que inyectó gran dedicación y sensibilidad como guía de un hermoso proyecto de desarrollo social para promover e incluir a las personas con capacidades cognitivas disminuidas. El año 2003 dirigió la construcción de uno de sus anhelos como visionario de ASPADE, consistente en una sede en la que pudieran funcionar talleres socio-laborales conformados por jóvenes y adultos con disminución en sus capacidades cognitivas, para que pudieran avanzar en sus desafíos de aprendizaje, desarrollo de la responsabilidad e inserción comunitaria.
Junto con su labor fundacional en la Escuela de Pedagogía, ejerció por largos años como profesor de Antropología y Ética Cristiana, en el Instituto de Ciencias Religiosas. En esta labor académica, que asumió con especial dedicación hasta que un cáncer muy avanzado interrumpiera su tarea, mantuvo una constante dedicación que llamaba la admiración de quienes lo tuvimos cerca.
Por ello, despedimos a Pablo con un profundo sentimiento de gratitud por la labor ejercida en nuestra Universidad, y en todos los contextos educacionales en los que se desarrolló con su preclara y sostenida actividad, dirigida fundamentalmente a acompañar y potenciar la formación de niños y jóvenes con discapacidad o capacidades especiales, siendo uno de los académicos de la PUCV que ha encarnado en el pensamiento y en el obrar el sello valórico de nuestra institución.
Semblanza elaborada por el académico Juan Pablo Faúndez