18.11.2015
La familia y las nuevas amenazas que enfrenta en el contexto del mundo actual se abordaron en la cuarta sesión del Seminario Permanente Jorge González F., realizado en Casa Central.
La actividad contó con la asistencia del decano de la Facultad de Filosofía y Educación, José Marín; la decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Yolanda Reyes; el presidente de la Asociación Gremial de Académicos, Luis Valenzuela, entre otros.
“Matrimonio, familia y mínimos éticos” se denominó la ponencia dictada por el Doctor José Tomás Alvarado, académico del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien comenzó refiriéndose al artículo N° 2207 del catecismo de la Iglesia Católica, que define a la familia como “célula original de la vida social”.
“La denominación es una metáfora de un organismo biológico. El tipo de desarrollo cultural ha puesto este concepto en discusión. La vida social depende de la fortaleza de sus células naturales como la familia. Este concepto se vincula con el matrimonio, lo que puede ser visto como discriminatorio, pues hoy se ve a la familia como cualquier consorcio de vida en común”, advirtió.
Alvarado agregó que en algunas sociedades actuales se percibe a la familia como un lugar de opresión e injusticia, donde se ejerce la violencia y se instaura la falta de libertad de la mujer. Además, argumentó que se ha transformado el concepto de naturaleza donde se defiende el valor de la autonomía como constituyente del bien humano.
LAS SECUELAS POST ABORTO NO SE HAN DIFUNDIDO EN CHILE
Posteriormente fue el turno de Elizabeth Bunster, directora del Proyecto Esperanza que acoge a padres y madres que han abortado, quien criticó la postura de los que defienden el actual proyecto de aborto que se está debatiendo en el Congreso Nacional. “Aunque se ha planteado a través de los medios de comunicación que más del 70% de los chilenos está a favor de esta iniciativa, pues defiende la autonomía de las personas, la propuesta está socavando las bases de nuestra civilización”, argumentó.
La asistente social hizo un llamado a las grandes mayorías silenciosas que no dan a conocer su planteamiento y se dejan llevar por una minoría que estaría dañando la formación moral de nuestro país.
“Puedo decir que nunca he visto un dolor más grande que el vivido después de un aborto. Junto a un grupo de laicos tratamos de facilitar el proceso de aceptación, reconciliación y encuentro con el hijo, pues éste no desaparece con la muerte, de manera constante es buscado por los padres”, señaló.
Bunster planteó que en nuestro país se plantea al aborto como un derecho, pero no se habla de las serias secuelas que deja en los padres y madres, las que permanecen en el tiempo. Entre ellas nombró: ansiedad, depresión, uso y abuso de sustancias psicoactivas, conductas suicidas, profundo daño en la autoestima, pesadillas y alteración en el sueño, entre otras.
“Se genera un desajuste en la relación con las familias, hemos apreciado una constante sensación de vacío, un sentimiento de culpa, dolor, trastornos en hábitos alimenticios y una perdida del sentido de la vida. Muchas parejas sienten rabia por no haber encontrado a alguien que haya impedido ese aborto. Las mujeres sienten que no merecen amar y ser amadas”, argumentó.
Finalmente, la representante agregó que es un mito que en Chile cada año fallecen muchas mujeres por no tener una ley sobre el aborto y que algunas madres se van presas por tomar esta decisión. “La maternidad es un proceso irreversible, queda para siempre en la mujer. La ley de aborto es el mayor daño que se puede hacer a la familia y al país”, concluyó.
Por Juan Paulo Roldán
Dirección General de Vinculación con el Medio