25.03.2021

Pese al inicio del proceso de vacunación a lo largo de todo Chile, las medidas de seguridad y autocuidado contra el COVID-19 aún deben mantenerse, sobre todo en personas que trabajan en centros de salud. Por ello, en los últimos dos meses, Valparaíso Makerspace de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso donó 800 escudos faciales “Promaker PUCV”, desarrollados con tecnología de impresión 3D.

En concreto, 500 elementos de protección fueron enviados para el Servicio de Salud de Iquique, 200 al Hospital de Peñablanca y 100 al CESFAM Marcelo Mena de Valparaíso. Así, se completa un total de 800 elementos de protección para ir en ayuda directa de la llamada primera línea de la salud. 

Esta iniciativa, se enmarca en la conformación de la “Red Promaker PUCV”, que responde a la segunda etapa del proyecto “Retos de Innovación” del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Corfo y el Laboratorio de Gobierno, que busca masificar la producción de implementos de seguridad sanitaria para profesionales que atienden a pacientes COVID-19. 

“Es muy importante destacar que nuestro trabajo se enmarca dentro de diversos esfuerzos que este año estamos desarrollando con otros organismos a lo largo del país. La red está compuesta por un grupo de 12 instituciones de cuatro regiones que se unieron para masificar la producción de elementos de protección durante la pandemia, es decir, desde su fabricación a donación, quienes están apoyando desde su territorialidad a centros de salud pública”, explicó Camila Valenzuela, coordinadora general de la red.

Se trata de Cowork Atacama, Corporación de Desarrollo e Innovación de la Ilustre Municipalidad de Rancagua, Corporación O’Higgins Crea, ProteinLab UTEM, Laboratorio de Prototipado del Centro de Innovación de la Facultad de Ingeniería USACH, Fablab-Olmué, Centro de innovación UC Anacleto Angelini, PlayaLab, Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, Departamento de Diseño Universidad de Chile, Laboratorio de Materiales Biobasados - BioLabFAU, LINNQ Lab y Corporación Hipoacusia de Chile.

“Se trata de un trabajo colaborativo, donde la tecnología nos permitió colaborar con una necesidad que lamentablemente ha sido creciente en el último tiempo, producto de la crisis sanitaria. Junto a todas las instituciones y organismos nos hemos reunido para que los procesos de fabricación sean uniformes y seguros, pues contamos con  la validación y testeo del Laboratorio Lictex, único autorizado por el Instituto de Salud Pública para estos fines”, concluyó Carolina Vega, coordinadora Técnica y Logística de la red.