Certezas y Dudas de la Inteligencia Artificial

 En los últimos meses, varios medios de comunicación han destacado los sorprendentes resultados obtenidos por diferentes herramientas de Inteligencia Artificial (IA). Pero al mismo tiempo ha despertado la suspicacia y el miedo al observar como una entidad sin vida logra realizar con éxito diferentes tareas que pensábamos eran exclusiva de la inteligencia humana. Lo anterior ha propiciado una duda generalizada respecto al impacto que tendría esta tecnología en la sociedad, impulsando movimientos que claman pausar el avance de este campo de estudio. En este punto considero necesario hacer una distinción entre dos enfoques: por un lado, se tiene la generación de conocimiento, al alero del desarrollo científico; mientras que por otro lado se encuentra el desarrollo tecnológico. Si bien ambos enfoques están relacionados, tienen propósitos diferentes. 

La historia nos ha enseñado sobre los riesgos que conlleva el desarrollo de diferentes tecnologías, propiciando la generación de marcos regulatorios que aseguren un despliegue seguro y confiable, tanto para la humanidad como para el planeta. Por consiguiente, el desarrollo de la IA como herramienta conlleva enormes desafíos y oportunidades. En este sentido y ante la versatilidad de esta tecnología, los principales riesgos están asociados al propósito de la persona que use la herramienta, junto al desconocimiento y confianza ciega de los entornos digitales. Por ende, nuevamente es necesario educar y legislar. Es innegable la necesidad que el estado tome cartas en el asunto, pero lamentablemente la rapidez de los mecanismos legislativos no se condice con la rapidez que avanza la tecnología. Por ejemplo, recientemente el Parlamento Europeo aprobó su primera normativa sobre IA, sin embargo, falta que pase por el Consejo Europeo, prolongando la espera hasta 2 años más. Ante estos hechos, puede ser que la gran apuesta sea la educación. Es inevitable aceptar que la sociedad como la conocemos va a cambiar y es necesario entregar a los ciudadanos las competencias que le permitan adaptarse y desenvolverse adecuadamente en un entorno que aún no conocemos. Desde la enseñanza básica, media, y educación terciaria, incluyendo trabajadores con mecanismos de formación continua.

 Por lo tanto, es fundamental comprender qué se entiende por Inteligencia Artificial en la actualidad, distinguir entre mitos y verdades, sin ser experto en el área, pero sí reconociendo los verdaderos alcances y limitaciones. Aprender un uso responsable y entender los riesgos e implicancias que conlleva un uso indebido. Debemos ser críticos respecto a la confidencialidad de los datos y de los resultados obtenidos, discutiendo y debatiendo con base a la experiencia de cada uno.

Por ejemplo, existen iniciativas como la Alfabetización de la Inteligencia Artificial (AI Literacy, en inglés) el cual apunta a una democratización de esta tecnología, impulsando el desarrollo de competencias para comprender los conceptos básicos detrás de la IA y hacer un uso correcto y responsable de dichas herramientas. 

En síntesis y ante algunas preocupaciones expuestas en prensa, es importante tener en cuenta que la IA no reemplazará automáticamente a las personas, sino más bien, serán aquellas personas que sepan aprovechar el uso de estas herramientas quienes desplazarán a las personas que se queden atrás. Este escenario potenciará las capacidades humanas, abriendo paso al concepto de Inteligencia Extendida, el cual nos impone (como seres conscientes) a tener que desarrollar altos estándares éticos dentro de cada persona.  

Dr. Erick López Ovando

Profesor Instituto de Estadística PUCV