Deforestación, biodiversidad y nuevas enfermedades
Los lugares poco explorados y las selvas tropicales son algunos de los lugares más expuestos a estos peligros
Durante julio del 2020, se produjeron más de 6800 diferentes incendios en la región de la selva amazónica de Brasil. Este lugar, conocido como el pulmón del mundo, es uno de los bosques tropicales más importantes y también alberga una rica biodiversidad, elemento importante para evitar la transmisión de enfermedades que podrían afectar a los humanos y que día a día se ve más amenazada.
El ser humano, es en efecto, el mayor responsable de la deforestación y destrucción de la biodiversidad en el mundo y sus acciones, podrían llevarnos a vivir en el futuro, situaciones tan delicadas como la actual pandemia del Covid-19. Según señala la bibliografía científica, es la biodiversidad presente en el mundo, la que nos protege y genera una barrera entre las nuevas enfermedades y nosotros, por lo que una destrucción sistemática de estos ambientes nos expone a mayores peligros. Al respecto, el docente del Instituto de Biología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Dr. Cristian Atala Bianchi, señala que: "Hay trabajos ya bien antiguos que previenen sobre el aumento de las zoonosis (enfermedades de animales que se transmiten a humanos) con el deterioro ambiental. En general la misma biodiversidad sirve como red de protección. Ej: en sistemas naturales hay enemigos naturales y depredadores que controlan muchas plagas, si se altera este equilibrio se puede disparar (por ejemplo) la población de ratones, murciélagos o cualquier otro animal que porte una potencial enfermedad. Los sistemas naturales diversos tienden a ser como una barrera de protección".
La aparición de este nuevo virus no es un hecho aislado en nuestra historia, se ha repetido innumerables veces y siempre teniendo en común al factor humano en su propagación y muchas de ellas se encuentran entra las más letales que ha sufrido la humanidad en su historia. En este grupo podemos encontrar enfermedades como: el sida, el ébola, la enfermedad de chagas, el síndrome pulmonar por hantavirus, el virus de Nipah, el síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio (MERS-CoV), el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) y el actual SRAS-CoV-2, entre otras.
La irrupción del hombre y la destrucción de ambientes naturales, genera un gran movimiento de especies y que ponen al humano en contacto directo con especies con las que usualmente no se toparía. Un caso concreto es la migración de murciélagos frugíforos desde la Isla de Borneo hasta Kampung Sungai Nipah, una ciudad ubicada a más de 1400 kilómetros de distancia, debido a lo voraces incendios de la isla en 1997. Esto desencadenó en una extraña enfermedad mortal (virus Nipah), que se propago primero en criaderos de cerdos y que luego se traspasó a los humanos y cobrando más de 100 vidas humanas.
En esta línea Cristian Atala, Dr. en Ciencias Biológicas área botánica, señaló que: "Al alterar y degradar ecosistemas naturales pasan dos cosas; se genera un movimiento de especies (arrancan) y lo segundo es que pone al humano en contacto directo con especies con las que usualmente no se toparía. Ej: se corta un pedazo de selva tropical para agricultura o minería. Los animales van a moverse por esta intervención y ahora, van a haber animales domésticos y personas en un lugar donde habitaban animales salvajes". Agregando además que: ". Esto aumenta la posibilidad de contacto de fauna silvestre, tanto con humanos como con animales domésticos que pueden hacer de intermediarios de zoonosis".
Ante la continua deforestación, la destrucción de la biodiversidad y el avance del cambio climático en el mundo, es cada vez mayor el riesgo de propagación de nuevas enfermedades humanas, del ganado o plagas agrícolas. De hecho muchos trabajos dan fe de una alta coincidencia entre enfermedades infecciosas emergentes y la destrucción de la biodiversidad por los efectos de actividades humanas.
Fuente Facultad de Ciencias PUCV