Los profesores del Instituto de Química, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Manuel Bravo y Waldo Quiroz, realizaron el curso: "Análisis de especiación de arsénico y mercurio", para distintos organismos del Estado. El objetivo de este curso es que los funcionarios puedan determinar mediante diversas técnicas la cantidad de estos metales que se podrían encontrar en los diversos alimentos.

Del total de 10 asistentes, se encontraban trabajadores pertenecientes al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (SERNAPESCA), Servicio Agricola y Ganadero (SAG) y del Instituto de Salud Pública (ISP), que buscaban capacitarse y ampliar su conocimiento sobre la cantidad de metales presentes en alimentos.

Esta capacitación responde a la actualización constante que realizan los funcionarios de gobierno para el desarrollo que se busca alcanzar como país. En esa línea la Coordinadora Autorización y Control Entidades de Análisis y Muestreo de la Subdirección de Comercio Exterior, Dennise Canouet, manifestó que: "buscamos posicionar a Chile como una potencia alimentaria y para lograr ese objetivo país, necesitamos potenciar varías líneas. Una de ellas es que los funcionarios tengan una capacidad analítica adecuada para que el producto final, desde el punto de vista de la inocuidad, cumpla tanto para el mercado nacional como para el extranjero. Es por ello que ahora nos estamos especializando en la especiación de arsénico y mercurio".

Estos dos metales se pueden encontrar en diferentes elementos de la naturaleza y se encuentran en los diferentes alimentos que se consumen, es por ello que es necesario saber la especie y la cantidad exacta de estos metales ya que así se pueden prevenir distintos escenarios. Así le mencionó Canouet, al señalar que: "es clave saber en qué proporción tienes estos metales (arsénico y mercurio) y sus especies, porque dependiendo de la especie del metal podemos saber que tan tóxico es para el organismo. Por ejemplo el arsénico inorgánico es el tóxico para nosotros, mientras que en el caso del mercurio, el orgánico es tóxico".

Respecto a la incidencia social que tiene este conocimiento, Canetou señaló que: "Con este curso podemos saber si los alimentos están o no contaminados y así no sobreestimaríamos ni subestimaríamos la cantidad de metales, logrando que la población no esté sujeto a ningún riesgo químico".

Por Miguel Gasson