"Los recuerdos del pasado se van articulando con las imágenes del presente, lo vivido, lo que va a acontecer se pone en relieve dándole así fuerza al relato. Es Semana Santa, domingo de la resurrección, la gente esta impaciente como en un estado de éxtasis; gritos surgen a intervalos irregulares, todos quieren ver en llamas la efigie del desahuciado, de pronto el fuego crepita ..."

FICHA TÉCNICA

Nombre: "La Quema del Judas"
Género: Documental
Realización Audiovisual: Felipe Durand Ríos y Ricardo Gómez Ramírez
Guion y Montaje: Felipe Durand Ríos
Fotografía: Ricardo Gómez Ramírez
Cámara: Ricardo Gómez Ramírez – Felipe Durand Ríos – Juan Pablo Echeverría – Fernando Leal (Drone)
Producción: Sidhartha Corvalán Gómez, Juan Pablo Echeverría

Especiales agradecimientos: Club Deportivo Unión Relámpago, Colectivo Teatro Urbano PAT Chile, Trébol 3 Producciones.
Financia. FICVAL 2018 – Fondo de Iniciativas Culturales Ilustre Municipalidad de Valparaíso.

"La ciudad puerto de Valparaíso es - como bien lo sabemos -, no solamente mar, lo es también sus cuarenta y cinco cerros que conforman el amplio anfiteatro natural, el cual está compuesto por un gran número de quebradas y terrazas marítimas proyectadas hacia el Océano Pacifico. Cada cerro lleva en sí su vida de barrio, sus historias sus costumbres".

"Lejos de la carta postal con la cual nos representamos hoy a Valparaíso, ascensores, troles, el reloj Turri, sus lanchas, existe otro Valparaíso, bien real, que al parecer no figura dentro del casco histórico de lo que hoy en día hace parte de ese Patrimonio Mundial de la Humanidad, pero que existe detrás de esa fachada, que vive en los cerros que han ido poblando sus quebradas desde la famosa época dorada del puerto entre los años 1811 y 1914 y que es allí donde también se ha ido consolidando con el tiempo la identidad propia del barrio, característica única de Valparaíso como de su gente".

"Frente a un desapego creciente que afecta a los habitantes de esta ciudad y en particular a los jóvenes, – La Quema del Judas – que se lleva a cabo interrumpidamente hace más de 50 años en el sector conocido como el Chalet Picante, es relevante, puesto que por un lado robustece el sentido de pertenencia a una comunidad y por ende revive una costumbre urbana propia de la memoria viva de sus habitantes".