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Cristina Soto, alumni Derecho PUCV

El derecho busca reproducir la armonía que la naturaleza tiene

26.06.2024

Cristina está de lunes a viernes en Coquimbo para cumplir con su trabajo en la Fiscalía Regional, pero apenas se asoma el fin de semana se va a Chañaral de Aceituno, donde hace nueve años desarrolla su otra pasión, el buceo. “Junto a mi marido tenemos un centro de buceo, Explorasub, entonces me toca navegar, capitanear el centro, enseñar a bucear, ver el ecosistema marino y muchas otras actividades que me encantan, señala.

Ella ingresó a Derecho PUCV en 2006, titulándose el 2011. Era una de las mejores alumnas de su generación, pero siempre sintió que necesitaba mayor contacto con la naturaleza, eso la llevó a realizar su práctica en Isla de Pascua, donde descubrió el buceo y nunca más dejó de hacerlo: “mientras estudiaba Derecho en la PUCV, el deporte y el contacto con la naturaleza parecían incompatibles con los estudios, pero el tiempo me enseñó que es posible compatibilizar intereses con compromisos”, explica, y agrega: “en Isla de Pascua me di cuenta que podía tener más de una pasión en la vida”.

La alumni de Derecho argumenta que los abogados están demasiado estereotipados respecto a cómo deben vestirse, comportarse o con quien juntarse, algo que le “hacía mucho ruido”. “Cuando empecé a bucear me di cuenta que podía trabajar de abogado, cumplir exigencias, ser buena profesional, pero eso no marca algo único en mi vida. Puedes tener otros intereses que pueden estar o no vinculados con tu profesión”, concluye.

Cristina constantemente busca el engranaje entre el hombre y la naturaleza, dejar de pensar en que son cosas separadas: “se nos olvida que vivimos en la naturaleza, pareciera que estamos separados. A veces, se asocia mucho el abogado a una persona de ciudad y computador, y poco consciente de que estamos inmersos en la naturaleza”, expone. 

Cristina ha vivido estos años haciendo un paralelo entre estos dos aspectos tan importantes en su vida, abogada y buza. “El derecho está absolutamente creado por el hombre y cuando uno se sumerge en un bosque de algas, te das cuenta que es un lugar sin ninguna intervención del ser humano, que es un engranaje perfecto, cada especie de la flora o fauna cumple un fin que permite el funcionamiento perfecto del ecosistema. Creo que el sistema jurídico busca reproducir la armonía y coherencia que hay en la naturaleza”, analiza.

Por otra parte, explica que “también hay mucha empatía cuando enseñas a bucear porque tienes que entender los miedos, te entregan la vida que es una confianza absoluta, es una experiencia que va dando una visión diferente de la vida. El derecho penal es lo mismo, indaga en las relaciones humanas que se rompen. Estar en contacto con muchas personas también va nutriendo la visión que se puede tener de una causa. Si uno va solo en un riel, se pierden otras dimensiones”. 

Otro aspecto importante en la vida de Cristina es cómo en ambos ámbitos ha debido abrirse paso como mujer: “el mundo del mar es machista porque se asume que las mujeres no somos suficientemente fuertes, orientadas o valientes.  Es un desafío que también encuentro en derecho porque en la corte los jueces, abogados, imputados, en su mayoría son hombres. En ambos casos, como mujer me voy abriendo camino, rompiendo estereotipos”, asegura.

Si bien Cristina siente una fuerte pasión por el buceo y ese contacto con la naturaleza, ha buscado seguir nutriendo sus conocimientos en derecho, razón por la cual hizo el Magíster en Derecho Penal de la PUCV. Además, realizó un Diplomado en Derecho Ambiental y Desarrollo Sustentable. “Mis dos pasiones se juntan en derecho ambiental. Me llama la atención el derecho penal ambiental o el derecho animal”, afirma.

La abogada tiene muy buenos recuerdos de su paso por la Escuela de Derecho PUCV: “era muy exigente, sentía que había que estudiar mucho y cumplir con exigencias, pero eso también lo hacía entretenido y daba un espacio de aprendizaje”, relata. Agrega que sentía una profunda admiración hacia los profesores porque los consideraba “inteligentes”, y eso la hacía sentirse afortunada de estudiar en ese espacio.

Para finalizar, aconseja a los actuales estudiantes: “que no se encasillen con una idea de lo que es la profesión, que se atrevan a romper estereotipos. Hay muchas cosas fuera del derecho y que pueden ser tan o más interesantes, y es necesario explorarlas para nutrir el derecho porque éste no se puede vivir estando fuera de la sociedad y la naturaleza”, concluye.

    Facultad y Escuela de Derecho PUCV