Mi nombre es:  Feliciano Tomarelli Rubio

Soy de: Viña del Mar

Estudié en la Escuela de Derecho PUCV entre los años: 2006-2010

Trabajo en: Bofill Mir & Álvarez Jana

1.- El mejor recuerdo que tengo de la Escuela. 

Son muchísimos los buenos recuerdos, tanto en el aula de clases como fuera de ella. Sin duda están en un lugar alto de mi lista, los asados en la Quinta Compton, los campeonatos de fútbol de la Escuela, las celebraciones luego de los exámenes y las múltiples conversaciones con compañeros y profesores en los pasillos de la Casa Central. 

2.- Algún bochorno académico o anécdota universitaria.  

Cuando estaba en primer año, en una de las primeras clases de Derecho Romano con un connotado profesor de la Escuela, tuve la mala suerte de que me sonara el celular, y a un volumen muy alto, lo que provocó la atención de todos e interrumpió la clase. El profesor - bastante molesto - se me acercó y preguntó cuál era mi nombre, a lo que contesté “Feliciano”. Luego, después de un momento en silencio, el profesor me preguntó, “¿Usted es feliz?” lo que provocó una carcajada generalizada de mis compañeros.  

3.- ¿Cómo se ha hecho presente el sello PUCV en tu vida personal y/o profesional?

El rigor y la excelencia académica, que para mi son el sello de la Escuela, los he tratado de replicar día a día en mi vida profesional. No es fácil, porque sujetarse a ese estándar por un largo periodo de tiempo requiere de sacrificios y arduo trabajo, pero creo que la Escuela le entrega a sus alumnos las herramientas y competencias para poder desempeñarse laboralmente de esa manera.   

4.- ¿Qué le aconsejarías a nuestros alumnos y futuros alumnos de Derecho PUCV?

Que aprovechen todas las oportunidades que la Universidad les otorga, porque ellas no vuelven después. Tanto en la Facultad de Derecho como en otras áreas de la vida universitaria. Estudien, conozcan a sus compañeros y profesores, hagan deporte, aprendan idiomas, participen en actividades solidarias, entre otras. 

5.- El mejor chiste de abogados.

No podría decir alguno concreto, pero me causa mucha risa el abogado de los Simpson, Lionel Hutz, le pasa de todo al pobre colega y sus conceptos jurídicos son muy novedosos.