Ignacio Roncagliolo Benítez
Mi nombre es: Ignacio Roncagliolo Benítez
Soy de: Viña del Mar
Estudié en la Escuela de Derecho PUCV entre los años: 2006-2011
Trabajo en: Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH)
Estudios de posgrado: Master en Desarrollo Internacional, University of Manchester
1.- El mejor recuerdo que tengo de la Escuela.
Los mejores recuerdos son tantos momentos con amigos y amigas y, en general, la vida universitaria que nos ofreció distintas experiencias y oportunidades. Al pensar en esos años recuerdo, por ejemplo, el día a día compartiendo en Casa Central, los paseos en la Quinta Compton, partidos de la Lex Cup, asados y celebraciones, el equipo del CAD, anécdotas en pruebas o exámenes y el apoyo brindado por profesores y funcionarios de la Escuela.
2.- Algún bochorno académico o anécdota universitaria.
Una de las tantas anécdotas en exámenes fue en segundo año. Inicié mi respuesta recordando que el tema de la pregunta “lo vimos en una clase que hicimos en el Muelle Barón” –idea sorpresa del profesor para motivarnos con el ramo–. Le conté muy distendidamente a la comisión sobre “el día de la clase en la playa”, para cerrar la larga historia diciendo que “debido a las olas del mar no pude escuchar muy bien la clase” –risa incómoda de los profesores–. El preámbulo fue en parte porque ese tema no lo alcancé a estudiar bien, pero no desistí y continué respondiendo, aunque con generalidades y usando muchos sinónimos y conectores. La comisión me dejó pasar a la segunda pregunta de la cédula –esa sí la respondí bien– y, tras la deliberación, aprobé –según palabras de la comisión– gracias a mi “capacidad para mantenerse a flote en la primera pregunta”.
Un par de años después, en el asado final de otro ramo y recordando anécdotas de exámenes, aquel profesor de segundo año nos contó que sí se acordaba de ese examen y que semanas antes él había ido a un curso de pedagogía donde recalcaron la importancia de evaluar también otras habilidades más allá del contenido. Reconoció que por eso me había aprobado, pero que hoy –dijo entre risas en el asado– no me aprobaría de nuevo. Con ese poquito de suerte, tuve un verano sin marzo.
3.- ¿Qué otras actividades o pasatiempos pudiste desarrollar en tu época universitaria?
Participé en varias actividades de la Facultad, incluyendo el Centro de Estudios Ius Novum, la mesa directiva del Centro de Alumnos, varias temporadas de la Lex Cup, en unas Olimpiadas y en un par de versiones del festival Vox Populi. También fui ayudante de cátedra y miembro del equipo de la Escuela en una competencia internacional, entre otras actividades de la Escuela y la PUCV. En paralelo, seguí participando y apoyando a mi grupo Scout por varios años, además de otras iniciativas.
4.- ¿Cómo se ha hecho presente el sello PUCV en tu vida personal y/o profesional?
La excelencia y responsabilidad profesional, el sentido ético, la profundidad intelectual y el análisis crítico han sido un norte constante en mi carrera. En todas las experiencias profesionales y en los distintos países y contextos en que he tenido la oportunidad de trabajar o realizar misiones de trabajo –desde Chile y Perú, pasando por Honduras y Guatemala, Suiza y Estados Unidos, hasta Iraq y Ruanda, entre otros– aquel sello se ha hecho presente tanto en los detalles como en las gestiones clave. Ya sea la documentación de un caso de violación a derechos humanos o el acompañamiento a las víctimas y sus familiares, ya sea la asistencia técnica a algún Estado u organización de sociedad civil, o en el trabajo en general en Naciones Unidas y con el Sistema Interamericano, por nombrar algunas, he tratado de que tal sello se materialice para aportar en la búsqueda de soluciones a los desafíos en materia de derechos humanos y desarrollo de nuestras comunidades.
5.- ¿Qué le aconsejarías a nuestros alumnos y futuros alumnos de Derecho PUCV?
Aprovechen la universidad en todo lo que sea posible; en lo académico por supuesto, pero también en lo extraacadémico. Apóyense al estudiar; a pesar de que es una carrera que requiere mucha independencia, es esencial el compañerismo. Ojalá puedan ir identificando –con claridad, pero sin presión– aquella área del derecho que les gusta más y, entonces, orientar sus pasos a futuro en esa dirección; sepan que las y los profesores están a disposición para apoyarles en ello. Y, sin duda, disfruten al máximo otras experiencias, actividades y oportunidades de la vida universitaria.