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Por el Director del Programa de Ciencias para la Familia PUCV

Día Internacional de la Familia 2023

Reflexión del profesor Juan Pablo Faúndez en ocasión del día Internacional de la Familia

La preocupación del Papa Francisco por la educación en el contexto del tercer milenio es evidente. Por ello, y pese a las dificultades que pudo haber implicado el Covid-19, propuso 12 de septiembre de 2019 alcanzar un Pacto Educativo Global que permitiese avanzar en 7 compromisos transversales en el amplio contexto de la “casa común”, buscando superar importantes dificultades y brechas que se han ido consolidando en el tiempo y que impiden un aterrizaje más concreto de la Buena Noticia que implica el cristianismo.

El 4° compromiso establecido en el Pacto Educativo Global consiste en “Responsabilizar a la familia”, lo que lleva a relevar a esta instancia como primer y principal responsable como sujeto educador de la sociedad. Este elemento es fundamental y desafiante para una cultura como la nuestra, aunque no es nuevo en la perspectiva cómo la entiende y proyecta la Iglesia desde su Doctrina Social. Esta última ha comprendido desde su origen el rol doméstico de la enseñanza -que fue puesto de relieve en tiempos de pandemia-, como ámbito en el cual se descubren y consolidan los primeros eslabones del conocimiento y de la interacción social que se logran afiatar ya desde la primera etapa del desarrollo de la persona. Por ello, hoy sabemos que la brecha cultural se abre y proyecta no desde la enseñanza preescolar, sino desde el trato que vincula a los padres y madres con sus hijos en el seno del hogar. El estímulo que surge desde el trato afectivo, la afirmación de la seguridad, la motivación temprana por hacer preguntas, la curiosidad por aprender, y un largo etcétera, son las condiciones de posibilidad que irán mapeando un primer diseño neuronal que estimulará las ulteriores fases de desarrollo de la persona. En efecto, niños postergados, choqueados o violentados en esa primera etapa acarrearán un bloqueo que puede ser superable, pero que dejará una estela recesiva compleja, desde donde se marcarán diferencias afectivas difíciles de remontar.

De este modo, la familia es un sujeto social primario que efectivamente tiene una tarea práctica como célula fundamental de la sociedad, debiendo ejercer un rol articulador para estructurar los aspectos afectivos, valóricos, sociales, en definitiva, relacionales, que deben ser preparados por un especial cuidado en su trato desde la primera infancia. La familia, por ello, es un sujeto cultural estructurante para la articulación de la sociedad, que en la medida en que se destaca y promueve efectivamente su responsabilidad brindará resultados que, al modo de soportes primarios, darán su fruto a lo largo de toda la vida. Por ello, y en este Día internacional de la Familia 2023, apreciemos y cuidemos la consistencia del núcleo familiar como aquella instancia que es la que puede aportarnos las mayores y permanentes cuotas de realización, siendo la realidad que permitirá el mayor y más pleno desarrollo de la persona humana a lo largo de toda la trayectoria existencial. Nuestra Universidad está empeñada en esta tarea, asumiendo y haciendo propio éste y cada uno de los objetivos del Pacto Educativo Global, por lo que hacer presente y trabajar por la responsabilización formativa de la familia -la tarea propia de una casa de estudios- es uno de los objetivos en los que la PUCV desarrolla su compromiso social y al que contribuye nuestro Programa de Ciencias para la Familia.