El mundo que se esconde detrás de los libros
Además de la lectura a la Dra. Andrea González también le gusta bordar y el cuidado de las plantas.
Un poco más alejada del caos natural de Valparaíso, ciudad cultural y bohemia, se encuentra Placilla, un espacio con mayor tranquilidad que permite llevar una vida a un ritmo más bajo. En este lugar vive la profesora de la Escuela de Kinesiología, Dra. Andrea González, quien ha encontrado en este oasis un refugio para su amor por la lectura.
Su amor por la lectura se manifiesta en su hábito de devorar más de un libro al mismo tiempo. "En general no tengo muchos hobbies, pero algo que sí me gusta mucho es leer", comenta la profesora de Kinesiología, quien además confiesa una preferencia por literatura escrita por mujeres. "Leo principalmente literatura escrita por mujeres, aunque no es exclusivo, siento que hay aspectos que tienen relación con la sensibilidad y los detalles que son muy diferentes entre las escritoras y escritores, eso es algo que me llama mucho la atención”.
Para Andrea, la lectura va más allá de la mera distracción. Es un refugio, una forma de escapar del mundo cotidiano y sumergirse en historias fascinantes. "El libro me permite armar la imagen de lo que el escritor está contando", explica. "Es como salir de este mundo y llegar a la historia del libro".
Este espacio o lugar seguro es algo que también ha intentado inculcar en sus hijos, presentándoles la lectura como la posibilidad de retraerse de algún problema y encontrar un espacio personal donde puedan estar más seguros, al respecto, la Dra. González comentó: “para mí siempre fue
importante que mis hijos conocieran la posibilidad de ir a estos mundos diferentes, porque, por ejemplo, cuando los niños aprenden desde chicos que hay espacios donde uno se puede abstraer en otros mundos, es una herramienta para enfrentar momentos difíciles y se convierte en descanso de esos momentos”.
La académica de la Escuela de Kinesiología, se inclina por las novelas al momento de elegir un libro y actualmente se encuentra leyendo “Los reyes de la casa” de Delphine de Vigan y “Lluvia fina” de Luis Landero, aunque confiesa que su placer culpable son los libros del genero policial, agregando al respecto: “digo que es un placer culpable porque no es como tan evolucionada esa literatura, pero si leo mucho a la Agatha Christie, me gustan también algunos de Edgar Allan Poe y ese es como mi lado más oscuro aunque en general lo mío son las novelas. Igual y asociado a ese lado más oscuro, me gustan mucho las series de asesinos seriales y en general de asesinatos y de suspenso”.
El gusto por la lectura que posee la Dra. González y que también ha inculcado a sus hijos es parte de una herencia familiar que adquirió cuando pequeña, recordando sobre su época infantil que: “mi papá es un lector voraz y mi mamá también leía bastante y además era profesora de lenguaje, entonces yo siempre vi en mi casa a mis padres y hermanos leer, siempre vi a mi familia muy lectora”.
Pese a su formación profesional en área de la salud, la profesora de la Escuela de Kinesiología cree que, si bien tiene una base científica y de evidencia desde las técnicas que se realizan, en el fondo siempre lo más importante va a ser el contacto con las personas. A su parecer, para lograr esto, la literatura puede llegar a ser muy importante en el desarrollo de estas aptitudes. A Andrea también le gusta el bordado, tiene muchas plantas (otro gusto heredado de sus padres), 3 gatos muy regalones y malcriados (Choclo Ignacio, Fibonachi y Chimi) y su otro hobbie es su trabajo con un grupo de adultos mayores de su comunidad el que se enfoca en mantener la funcionalidad física y la interacción social para evitar el aislamiento que suele ocurrir en las personas mayores.
Fuente Facultad de Ciencias