Entre la Física y las Ruedas
Nelson vive entre la física, ser padre, carreras de fin de semana y clases universitarias. No es fácil, admite, pero tampoco imposible. La bicicleta no le quitó espacio al trabajo ni a la familia, sino que lo obligó a aprender a equilibrarlos.
27/08/2025
“Soy un ciclista de escritorio”, dice entre risas Nelson Videla, académico del Instituto de Física PUCV. La frase lo define con precisión: entre clases, investigaciones y familia, el profesor del IFIS encuentra siempre tiempo para pedalear e incluso competir en esta área.
Todo comenzó en 2016, cuando llegó al Instituto y se mudó a Curauma junto a su esposa. “Mi señora me regaló una bicicleta, más que nada para moverme dentro de Curauma. Pero de ahí empecé a ir más al cerro, a meterme entre caminos de tierra, y ahí retomé lo que había hecho cuando era más joven”. Lo que partió como un medio de transporte terminó convirtiéndose en una pasión con varias ruedas: mountain bike, ruta y gravel. A la fecha tiene seis bicicletas, aunque usa solo tres.
En esta afición que disfruta en sus tiempos libres, lejos de la academia uno entendería, la física también se cuela. “Cuando uno quiere calcular ciertos parámetros para entrenamiento, uno utiliza física. Por ejemplo, la potencia media. O el FTP, que mide cuánta potencia puedes mantener de forma sostenible durante una hora. Como físico, uno sabe cómo estimarlo sin necesidad de tantos aparatos caros”.
Así, entre fórmulas y pedaleos, Nelson ha logrado prepararse para unas 30 carreras. La más importante hasta ahora fue en Pichilemu, en el campeonato nacional de gravel, donde terminó décimo en su categoría. También guarda con cariño el recuerdo de una competencia organizada en Curauma el año pasado, donde logró podio con el segundo lugar.
En estos torneos, el apoyo familiar está siempre presente. Aunque su hijo todavía no se entusiasma con la bicicleta, “mi familia me acompaña a las carreras”, comenta. “Igual ha sido desafiante compatibilizar el tema del trabajo, lo de la bicicleta y también la familia”.
Caídas y aprendizajes
El ciclismo también le ha dejado cicatrices. “Tuve una caída un poco grave en pandemia, en 2021. En un descenso me descuidé, me caí y me luxé la clavícula, se cortaron ligamentos… fue una lesión grado 4 y me tuvieron que operar”.
Estuvo dos meses detenido, aunque nunca desconectado. “Me operaron y al otro día estaba haciendo clases online. Soy diestro, la caída fue en el hombro izquierdo, así que seguí trabajando”. El regreso, reconoce, fue difícil. “Volver da miedo. Hay respeto por la ruta, uno se da cuenta de que también puede arriesgar demasiado. Con los años, el miedo no desaparece, pero sí se transforma en prudencia”.
El equilibrio en movimiento
Nelson vive entre la física, ser padre, carreras de fin de semana y clases universitarias. No es fácil, admite, pero tampoco imposible. La bicicleta no le quitó espacio al trabajo ni a la familia, sino que lo obligó a aprender a equilibrarlos.
“Esto al final es un pasatiempo. Somos ciclistas de escritorio, como decimos con mis amigos”, bromea. Pero basta ver sus medallas y escuchar sus anécdotas para entender que, más que un pasatiempo, es una forma de mantener el balance. Una rueda en la ciencia, otra en la vida familiar. Todas avanzando hacia el mismo lugar.
Facultad de Ciencias PUCV