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Escudo facial de Valparaíso MakerSpace se transforma en el primer diseño industrial de la PUCV

Gracias al trabajo mancomunado entre el equipo creador y la Oficina de Transferencia y Licenciamiento de la Casa de Estudios, se logró el resguardo intelectual de la solución ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI).

Un importante hito logró la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) a través de su espacio creativo tecnológico Valparaíso MakerSpace, al registrar en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) su primera solicitud y concesión de diseño industrial con el rediseño del escudo facial Promaker. 

El protector, surgió como respuesta a la escasez de equipos de protección personal para el personal de salud durante la pandemia del COVID-19. Sus características principales incluyen su fabricación en 3D, diseño ergonómico, visera cubierta, reutilizabilidad, facilidad de montaje y desinfección, además de contar con validación técnica y reconocimiento por parte del ISP (Instituto de Salud Pública de Chile).

A la fecha, son más de cinco mil los escudos faciales generados por la Red Promaker PUCV, iniciativa impulsada por el espacio creativo durante la etapa 2 del proyecto "Retos de Innovación: Elementos de protección (EPP) para el personal de salud COVID19" del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Corfo y el Laboratorio de Gobierno. En esta etapa, y bajo el manifiesto maker de democratizar y liberar el conocimiento, diversas instituciones se unieron para masificar la producción de este EPP y abastecer a centros de salud públicos. 

De esta manera, la PUCV asumió la responsabilidad de abordar la problemática durante la crisis sanitaria, poniendo a disposición de la sociedad sus capacidades creativas y tecnológicas. El equipo responsable del proyecto está compuesto por profesionales de Valparaíso MakerSpace, incluyendo su coordinadora general y coordinador técnico, Dayan Echeverría y César Cofré, respectivamente, junto con Camila Valenzuela, Carolina Vega y Flavia Perazzo.

Para la Vicerrectora de Investigación, Creación e Innovación de la PUCV, Ximena Besoain, la obtención del escudo constituye un logro muy importante para la Universidad ya que se logró impactar positivamente en la sociedad al desarrollar un escudo facial que centros de salud comenzaron a utilizar, “lo que significa que nuestra Universidad contribuyó a mitigar un problema urgente, una epidemia que todos conocemos causada por el virus del Covid”. 

Por su parte, la directora de Innovación de la PUCV, Macarena Rosenkranz, indicó que “El desarrollo del escudo facial Promaker fue de gran relevancia durante la pandemia del Covid-19, ya que tuvo un impacto significativo al brindar protección a diversos recintos hospitalarios del país. Asimismo, es crucial para la Universidad, sus unidades y la OTL seguir avanzando hacia la adopción de otras herramientas de protección del ordenamiento jurídico”.

Obtención Diseño Industrial 

Gracias al apoyo entregado por la Oficina de Transferencia y Licenciamiento (OTL) de la PUCV, unidad que se encarga, entre otras cosas, de fomentar una cultura de propiedad intelectual y transferencia tecnológica dentro de la comunidad universitaria, se logró obtener la solicitud y concesión del primer diseño industrial de la Casa de Estudios, marcando un hito importante en la materia. En términos generales, el diseño industrial se refiere a toda forma tridimensional asociada o no con colores, y cualquier artículo industrial o artesanal que sirva de patrón para la fabricación de otras unidades que sea distintiva de sus similares. 

Según la coordinadora de la OTL, Vania Badilla, el proceso de obtención del diseño fue arduo, en el cual se debieron dar respuestas a las interrogantes del perito “La concesión del diseño es un hito para nuestra universidad, ya que esta estrategia de protección no la habíamos utilizado, además es un reconocimiento a la originalidad y a la contribución en una época que no olvidaremos (Pandemia por el COVID-19),  para que personal de la salud pudiera seguir atendiendo a los pacientes con las medidas de seguridad que se requerían”. 

Por su parte, la coordinadora general de Valparaíso MakerSpace, Dayan Echeverría, señaló que el valor que entrega la propiedad intelectual a la tecnología es muy importante “Nosotros a nivel de prototipo y de innovación teníamos ciertas nociones de lo que significaba la propiedad intelectual, las invenciones, el resguardo, etc, pero llevarlo a la práctica y tener, por ejemplo, avances en los TRL, fue un proceso de aprendizaje tremendo”.

En esa misma línea, el coordinador técnico del espacio creativo, César Cofré, precisó que "Es un proceso largo pero necesario. Generalmente los mercados son muy ágiles ya que no hacen "match" con los tiempos que requieren la PI. Ahí hay una brecha que vencer y para convencer de lo importante que es este factor”.

Respecto al apoyo entregado por la OTL de la PUCV, César agregó que “Fue muy importante ya que nos permitió plantear el escenario y discutir las diferentes posibilidades que teníamos respecto a PI. Además nos guiaron en cada paso que dimos respecto a esto”.

Cabe resaltar que actualmente el escudo facial cuenta con su marca “Promaker”, además de una solicitud de derecho de autor para el Manual de Uso del escudo.