11.07.2019

La iniciativa que ha tenido el Gobierno de establecer un gravamen a los servicios digitales se ha constituido en un precedente para nuestra legislación tributaria, adelantándose, incluso, al esperado acuerdo común internacional con relación a los desafíos fiscales en la economía digital que la OCDE pretende lograr para el año 2020.

Sin embargo, este tipo de comercio electrónico oculta un problema mucho más grave frente a las operaciones que a cada segundo se realizan a través de las plataformas de internet. Así, dentro de las distintas formas de comercio digital, las plataformas de internet, además de prestar servicios, recopilan datos personales que a veces no percibimos, o bien, simplemente, no nos interesa. Este uso de información de datos personales pueden generar considerables ingresos de difícil localización para los entes fiscalizadores de impuestos. Un caso relevante fue Facebook, en donde el cofundador y director ejecutivo, Mark Zuckerberg, reconoció en el año 2018 que se habría generado un uso indebido de datos de 87 millones de usuarios de parte de Cambridge Analytica durante la campaña de las elecciones presidenciales del año 2016 en Estados Unidos.

Estudios han demostrado que los usuarios suben sus datos personales a las plataformas de internet con total indulgencia y sin ningún pago, lo que sería una especie de trueque con el servicio que reciben (Bloch y Demange 2018). De esta forma las grandes plataformas digitales generan registros históricos de ventas para buscar a usuarios específicos, constituyéndose en un activo de incalculable valor que puede pasar desapercibido frente a las administraciones fiscales.

¿Se imagina usted si cuenta con información sobre el género de películas o series que mayormente descarga la población chilena o latinoamericana? ¿Podría vender a buen precio esa información? Creo que esto puede dar pie –o ya lo está siendo– a un muy buen negocio.

Estos son los inconvenientes que aún quedan pendientes de regulación en nuestra legislación desde el punto de vista de los incrementos patrimoniales, lo que puede quedar en un refugio digital excluido de toda tributación, o que, como sostiene el profesor David Agrawal de la Universidad de Kentucky, las plataformas de internet se pueden constituir en verdaderos paraísos fiscales.

El proyecto de modernización de legislación tributaria ha tenido un inicio, pero queda mucho por recorrer y, para eso, es importante mirar no solamente el 19% del IVA, sino que, también, poner énfasis en ajustar el impuesto sobre la renta a este nuevo tipo de negocios digitales.

Por Antonio Faúndez 

Diario Financiero